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Lia
Había amanecido, no hemos sabido nada sobre el paradero de nadie. Estaba muy preocupada, había estado dando vueltas sin parar en el mismo sitio. Además conocí más a fondo el lugar. Era igual o más grande que la casa en la que nos estábamos quedando. Con habitaciones, comida, aparatos tecnológicos y demás. No habían más puertas excepto las de entrada y las ventanas estaban casi rosando el techo.
— Lia, vamos a comer algo, No has comido nada desde ayer — propone Scarlett a mis espaldas, volteo a verla y ella me da una mirada cargada de cariño.
— No tengo tanto apetito — digo levemente. Mi voz se escuchaba baja, rasposa.
Aclaro mi garganta.
— Al menos toma la limonada. Vamos, a Zain no le gustará que no hayas comido nada, no es bueno para ti Lia — Suspiro sonriendole y tomo el vaso entre mis manos — Así me gusta.
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La puerta por fin se abre y contuve la respiración por un momento, por ella aparecen varios hombres vestidos de negro. Los reconozco como los guardias de la manada. Algunos de ellos se dirigen hacía chicas sentadas en diferentes lugares, se dan abrazos demostrativos y alguna lloran, Seguro son pareja.
Scarlett habla con uno de ellos y luego me ve.
— Vamos, ya es seguro salir — Nos tomamos de las manos y corrimos mientras subíamos las escaleras con desesperación. Al llegar allá todo estaba justo como estaba la noche anterior.
Intenté subir las escaleras hacía las recámaras y antes de hacerlo la puerta principal se abre.
Zain.
Lo observo detalladamente, su pelo es un caos, tiene leves moretones en el rostro, no lleva polera puesta y sus músculos se hacían notar, sus pantalones estaban rasgados. Va descalzo y se encuentra con una mano en el costado, sube la mirada y me ve.
Sonríe forzadamente.
Bajo los pocos peldaños que subí y corro hasta él, antes de llegar disminuyo mi velocidad para al fin abrazarlo. Sentía toda la calidez que emanaba su cuerpo y de pronto mi corazón igual me llenaba por completo, Esto me hacía sentir el.
— Al fin estás aquí — Sentí como su piel se erizo ante el contacto repentino de mi aliento con su oreja al abrazarnos.
— Te prometí volver — Dijo con su voz rasposa, acaricia mi cabeza con su mano libre y se queja una vez más, yo miro su abdomen preocupada.
— ¿Te encuentras bien? ¿Estás herido? — El niega pero no dice más nada. De pronto llega Xander por detrás casi igual solo que este si tiene polera puesta.
— Dejé lo ayudo Luna — Zain recarga su brazo alrededor de Xander y este lo toma de la cintura sirviendo de apoyo.
— Leilani — llama Scarlett a la chica que pasaba detrás de nosotras — ¿Puedes decirles a las mucamas que necesitamos un botiquín y algo de comer por favor? — Ella asiente y se marcha — Tu ve con Zain iré en un momento con las cosas. Antes debo de ayudar abajo — Asiento y se marcha.
Subo las escaleras apurada y en eso Xander las va bajando mostrándome una sonrisa amable y baja su cabeza en señal de respeto para luego continuar con su camino.
Llego a la recamara y Zain estaba sentado en la cama. Me abrazo a mi misma y me acerco hasta el.
— Estaba muy preocupada — murmuró audible.
— Te prometí que todo estaría bien — me mira a los ojos y me sonríe levemente.
— ¿Me contarás que ocurrió? — Preguntó y me apoyo en la mesita de luz.
— No quiero que te pongas nerviosa ni nada por el estilo — Dice y toma mis manos en el acto.
— Lo estaré si no me dices.
Suspira
— Pensé que el ataque era de algún Roger pero no fue así, cuando llegué al lugar del ataque. Eran los hombres de tu padrastro nuevamente. Los encontré a ellos pero a él no, los reconocí por la marca en su cuello.
Mantuve un gemido de susto y mi cabeza dio mil vueltas. Lo sabía, sabía que vendría por mi y no va a parar hasta no encontrarme.
— No puedes estar perdiendo más hombres por mi culpa. Esto no es bueno para los tuyos, en vez de traerles paz es todo lo contrario. Lo conozco y se que, hasta que no de con mi paradero no se detendrá — digo apartando el cabello de mi cara y levantandome de donde me encontraba — Esto debe parar.
— Deja de culparte, Ese estupido solo quiere tus poderes para nada bueno. Si lo consigue será tu fin. No puedo perderte, no ahora que acabo de encontrarte.
— Desde que puse un pie en esta manada todo ha sido un caos, nada fue como esperaste, ya van dos ataques en un mes .
— Entiende que no voy a permitir que él te tenga y te haga daño — Se levanta — Eres fundamental para mi y no se que haría si te pierdo.
Posa una mano en mi rostro mirándome con ternura y en ese momento un brillo recorre sus ojos.
— No estoy de acuerdo con esto Zain — Murmullo.
— ¿Que es lo que tratas de decirme? — eleva la voz.
— Solo pensaba en irme, al fin y al cabo no se han manifestado mis poderes. No tengo el collar ni tampoco se usarlo, se que el no me hará daño porque siempre dijo que era la pieza fundamental de su estupido plan. No es justo que pierdas personas por mi culpa, si ya viví veintiún años a su lado puedo seguir soportando.
— ¡Si crees que te dejaré ir con ese enfermo estas equivocada Lia! No puedes dejarme — grita y yo doy un paso atrás.
— ¿Prefieres perder vidas a que yo resuelva esto? Hay familias que sufren.
El me mira y niega una última vez dejándome sola en la recamara.
Hay vidas en juego y si tengo que sacrificarme para salvar algunas lo haré y si tengo que dejar que esos poderes que aún no no conozco me dominen lo haré. Así sea para mi conveniencia o destrucción.
