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Zain
Llegamos al lugar.
Estaba bastante alejado, en medio de la nada para ser exactos. Un lago recorría toda la mitad del camino y tuvimos que llegar caminando. Era una cabaña en malas condiciones rodeada de autos en mal estado.
¿Aquí estaba ella? Mi pecho se afligió de tan solo pensar en todo lo que ella ha estado pasando.
— Alpha — una voz se escuchó detrás mío giré a ver uno de los chicos. Chad — El lugar cuenta con tres puertas. Hay cinco vigilantes fuera y tres detrás — Señaló y Asentí.
— Eso suena demasiado poco para un secuestro — Murmuré para mí — Debe ser con total discreción no podemos llegar con estruendos así no podemos alertar a los que están dentro — demande.
— Bien chicos. El alpha y yo iremos juntos, Chad y Steve ustedes dos y Lucas y Max ustedes — manda Xander, Todos asintieron incluyéndome.
— Con la protección de la Diosa — dijo Steve.
— Con la protección de la diosa — Murmuramos todos.
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Lia
No sé que me estaba pasando. Intentaba controlar mis emociones, Nala había dicho que ante cualquier situación que me pasara lo mejor era controlarme si no quería que pase algo bastante malo, y para lo que no estaba lista controlar. Toda mi espalda estaba dormida mi cabeza dolía como el demonio y no sabía si podía seguir. No sabía si podría mantenerme más tiempo. Por mi mente solo divagaban los pensamientos de que mi madre y yo no logramos vernos y aún no conocía a mi padre. Tambien estaba Zain el simple hecho de no volver a verlo me hacía mal.
Un estruendo resonó en todo el lugar interrumpiendomede de pronto la puerta se abrió dejándome plasmada de miedo. Frente a mi estaba mi padrastro con una mirada bastante siniestra. Hasta ahora me di cuenta de la marca que iba de su cuello a su frente, una cicatriz bastante espeluznante.
— Tu amorcito está aquí — Murmuro con burla y mi corazón saltó de felicidad al escuchar esas palabras. Sonreí. — Quiero que veas sus últimos momentos de vida — Borré mi sonrisa de golpe y negué — No quisiste colaborar y él pagará laa consecuencias ¿No te importará no? Al igual que la perra de tu madre no les importan los sentimientos de nadie — Dijo lleno de rencor. Yo solo apreté los dientes del enojo.
— Señor, están aquí. Ya cayeron en la trampa — llegó un chico todo agitado.
— Te soltaré, espero por tu bien no hagas nada estupido — Cuando termino de desatarme mis piernas flaquean y caí arrodillada al piso — Levantate ya, no tengo tu estupido tiempo — Murmuro.
Con un esfuerzo sobrehumano me levante mientras que el me tomaba con fuerza arrastrándome hacía el principio de las escaleras.
Bajamos hasta quedar en lo que parecía un living y ahí estaba. Frente a mi, después de casi un mes y medio sin verle mi corazón palpitaba con desenfreno y las lágrimas no tardaron en salir.
Estaba asustada. Zain y otros chicos estaban rodeados con algo sobre su cuerpo que los hacían quejarse de dolor.
— ¡MIRALO! — Gritó — el gran Zain Sokolov alpha de la manada más poderosa rendido a mis pies y ¿Porqué? ¡por tú culpa! — dijo con burla señalandome — Eso es lo que causan las perras como tú.
— Lia — Murmuró a penas audible gruñendo. Eso que tenía le hacía daño tanto así que cayó rendido al piso donde estaban los demás.
— Fue todo una dulce trampa que voy a disfrutar — Intenté soltarme de su agarre y me tomó por el cabello lanzándole hacía atrás.
Sentí un dolor en mi zona baja al igual que en mi cabeza al darme contra el inicio de la escalera. Me quejé de dolor más sin embargo seguía consciente. Los chicos que estaban con el cayeron desmayados y podía ver como Zain aún seguía despierto fijando su vista en mi. Mi padrastro sacó una pistola y con algo que brillaba al igual que la Plata lo introdujo en el arma siguiente de varias más.
Apunto donde estaban todos y un silencio sepulcral invadió el lugar cuando el primer disparo saltó al aire..
Mi corazón se detuvo al dejar de ver a Zain moverse. Un incesante caliente subió de mis pies a mi cabeza y de pronto todo dolor que sentía se esfumó.
Me levanté de donde estaba y mi vista se nubló dejando todo gris en mi campo visual. Unas grandes ramas entraron por las pocas ventanas que habían. Algunas se levantaron del suelo tomando a los guardias por los pies. Los miré y estos se incendiaron en llamas lanzando gritos desesperados, adoloridos y de ayuda. Mi padrastro veía todo perplejo luego sonrío dejando ver sus asquerosos dientes.
— Sabía que solo bastaba un empujoncito — Murmuro — Ahora espero que colabores cariño.
No deje terminar porque levanté una de mis manos haciendo que una ventisca lo lanzara en el aire Estrellándose con una pared la cuál se destrozó.
— Lo mataste — rugía con cólera. Mi voz era profunda ronca con una intensidad sobrehumana, no era yo. No estaba en todos mis sentidos y poco me importaba— Lo mataste — Repetí volviendo a levantar mi mano hacía él. De pronto lo tenía enfrente de mi con total miedo. Una Liana se envolvió en su cuello haciéndolo retorcerse y gritar.
— Vamos pequeña..
— ¡CALLATE! — Grité.
Mi voz se rompió y mis lágrimas aumentaron.
Lo miré con odio haciéndolo elevarse cuando de pronto todo su cuerpo se entero en la tierra solo dejando su cabeza. Tomé un pedazo de hierro de una esquina era de plata punto a mi favor chasqué los dedos y uno de estos se encendió, lo coloqué debajo de aquel metal y luego se lo enterre en la cabeza. Caí de rodillas delante del cuerpo inmóvil sacando toda mi impotencia clavandolo una y otra vez mientras sentía toda la asquerosa sangre sobre mi rostro.
— ¿Que acaba de pasar? — Susurro para mi misma al ver lo que había hecho.
— Luna — me levanté amenazante y el se quedó en su lugar sin inmutarse — Espere llegué con ellos. Soy Maximiliano primo de Xander — Levanto sus dos manos. Bajé mis brazos a mis costados y sollocé.
— ¿Está bien? — negué y señalé a los chicos y Zain en el suelo.
— Necesitan ayuda — Mencioné tratando de no sollozar, me senté al pie de la escalera al sentir el dolor intenso en mi zona baja miro hacía allí y un hilo de sangre descendía por mis piernas.
¿Que demonios me pasaba joder?
— ¡Luna! — Todo me daba vueltas y sentía ganas de vomitar. Un vacío intenso y negro me arropó quedando atrapada en el.
