Lía
Abro mis ojos desconcertada sintiendo un gran dolor en mi pecho y mi cabeza. Anne y otra chica se encontraban frente a mi.
La chica era bastante alta con un vestido verde que daban la apariencia de hojas. Sus ojos eran de la misma tonalidad de su vestido, su pelo castaño iba recogido en una perfecta trenza. Estaba descalza, con una corona de flores reposando en su cabeza, unas flechas en su espalda y algunas ramas amarradas en su brazo derecho formando unas figuras extrañas.
Su aspecto era demasiado irreal.
— Ha despertado — avisa anne y la chica de ojos tan verdes como el pasto gira a mi dirección observandome detalladamente.
— Ahora veo de que hablabas anne — Dice aquella chica.
— No quería creerlo hasta que no reconocí el destello de luz.
— ¿De qué hablan? — pregunto desconcertada.
— ¿Quien te dio este collar? — pregunta la chica mostrándome el collar.
— Mi madre — Dude en hablar —Murió cuando yo tenía 8 años — mencioné recordando aquello.
— Todo concuerda anne —Dijo la chica perpleja mirándome como si no creyera que yo estuviese allí — Es la viva imagen de ella.
— Sophie dijo que había perdido a la bebé — El nombre de mi madre mencionado por anne enfrió mi sistema.
— ¿Como sabe que mi madre se llamaba así? — Mi pecho palpitaba desembocado y la chica de ahora nombre Nala se acerco a nosotras.
— No es correcto contarte ahora Luna pero, por lo mientras es necesario que no salgas de aquí —Dijo con firmeza.
— Necesitamos ir al concejo de las ninfas Nala. Si lo que creo esta pasando, Lía corre peligro — Dice anne.
— ¿Peligro?
— Por ahora ella que se mantenga bajo el cuidado de nuestro alpha y que por ninguna circunstancia se acerque al bosque — Recomienda esta — Ni a ninguno de los elementos.
— ¿Me devuelves el collar? — pregunto.
— Por ahora no es correcto entregarlo esto debe estar seguro y tu debes descansar.
— No, por favor regresamelo. Es el único recuerdo que tengo de mi madre.
— Lia cariño ¿puedes confiar en Nala?— Pide anne — Quiere cuidarte.
— ¿Que era ese destello que salió de mi?
— Cuando llegue el momento lo sabrás — Y sin más desaparecio.
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Luego de tomar una ducha me acerqué al armario y coloqué mi ropa interior. Me senté en la cama y comencé a cepillar mi cabello.