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Lia
Desperté algo desconcertada y asustada, me levanté rápidamente logrando que mi cabeza diera vueltas. Observo mi alrededor y mi pecho se apretujo al ver donde estaba, en la recamara de Zain.
Llevaba una ancha camiseta de el y unos pantalones cortos e iba descalza. Traté de levantarme pero las constantes punzadas en mi parte baja me hacían imposible.
— No, no, no — Llegó Scarlett a mi lado dirigendome a la cama nuevamente. Me miró por unos segundos y me atrapó entre sus brazos — Que bueno que estás aquí — Murmuro y un sentimiento de nostalgia me invadió. La miré algo desconcertada y el recuerdo de Zain llega a mi mente. Mis ojos se nublan y siento desfallecer cuando recuerdo todo perfectamente — ¿Andas bien? — murmura pasando su mano por mi cara mientras niego.
— Está muerto — Murmuré entrecortadamente hipando mientras ella me veía confundida — Y no pude hacer nada, Fue mi culpa — Sollocé de forma desgarradora mientra ella intentaba calmarme.
— Lía el no murió, cálmate — Giro hacía ella confundida — Si, la bala llegó hasta a el, pero Maximiliano llamó por ayuda y gracias a la diosa no perforó nada importante, está algo grave pero, vivo — Mis lágrimas corrían y la opresión en mi pecho no se hacía tan notable.
— ¿Quieres decir que esta bien? — interrogué.
— Si, cariño. Por otro lado no todo son malas noticias — Dice un tanto sonriente.
—¿Como puede haber una buena noticia en estos momentos? — Murmure tratando de levantarme y quitarme las lágrimas.
— Primero que todo, debes quedarte en cama — Me sentó nuevamente.
— Me siento perfectamente bien, necesito ver a Zain.
— Créeme lo sé pero no debes estar en pie por otra personita — Dijo algo feliz.
— Ay Scarlett después vam..
— Voy a ser tía — grita interrumpiendome dando pequeños saltos.
Todo mi cuerpo se enfrió y sentí un balde de agua fría cayendo sobre mi. Giré a verla lentamente.
— Deja de bromear — Murmure.
Ella negó y dio pequeños saltitos .
— Cuando llegaste aquí junto a Max estabas desmayada. Yo me preocupé porque también venía Xander con ustedes igual de mal— Suspiro volteando a mirarme como si lo estuviera recordando — Mandamos a buscar a una curandera y a los doctores de la manada, mamá se encargó de tí y de Zain junto a los doctores y cuando estuve a punto de ir a verte antes de entrar escuche como lo decían — Contó feliz.
Yo negué sin poder creerlo pero todo llegó a mi de golpe. No me había bajado, con todo el estrés de estos días no pensé en nada de eso. Los mareos, los vómitos, el repentino asco a todo, lo débil que me sentía. El constante dolor de espalda.
Todos esos flashes me inundaron dejándome perpleja.
— ¿Cómo están por aquí? — Entró anne algo sonriente — Lía cariño — Apresuró su paso hasta mi abrazando mi cuerpo aún en shock — ¿Te sientes bien? ¿Cómo estás? — Murmuró en mi oído.
— Mamá le he contado — dijo Scarlett.
Anne me miró feliz y con una mirada de ternura. Sentía mis ojos cristalizarse y mi labio no paraba de temblar al igual que mis manos.
— Vas a estar bien. Este bebé va a ser una bendición ya verás. Con razón Zain me decía que tu olor había cambiado — La miré confundida — El me había dicho que ya no estabas igual que te notaba rara pero lo que sentía era el olor de su hijito.
— ¿Está bien? — Pregunté refiriéndome a mi panza.
Me miraron desconcertada por unos momentos pero luego asintieron.
— Te han revisado tienes casi dos meses y si, está bien. Él está fuerte, según los doctores seguro sentías dolores pero era a causa de la posición que tiene el bebé y tu estrés — contó anne — Como ya sabes no es un embarazo normal, es de hombre lobo por eso el feto va más avanzado.
— ¡Ah que emoción! — Dice Scarlett y Anne sonrío.
— Quiero ver a Zain — Dije, necesitaba confirmar que se encontraba en perfecto estado.
