☀️(17) Una chica dulce no necesita más azúcar en su vida

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(FRANCESCA BOWEN)

Pensé que diría que no.

Pero les mentiría si dijera que cuando asintió (no muy convencido, pero, de todos modos, asintió), mi estómago no dio brincos de un lado a otro.

Estoy nerviosa. Definitivamente lo estoy.

Las únicas veces que he dormido con un varón fueron con Mark, cuando hacíamos pijamadas, o con mi hermano en mi cuarto o en el suyo.

Pero es diferente con ellos, ya que ninguno de ellos me gusta. Porque, o sea, uno es mi mejor amigo, y el otro, bueno, es mi hermano, duh.

Mi mano tiembla cuando estiro la sabana para meterme debajo de ella. Lo hago, y aprovecho que fue a darse una ducha para oler sus sabanas.

Hundo mi nariz en su almohada e inhalo con fuerza como si con eso pudiera impregnar su fuerte aroma en mí cerebro. Sé que esta será la única vez que estaré con él, así que lo aprovecho.

Lo sé, soy una psicópata.

Me recuesto sobre ella y abrazo la almohada con fuerza y cierro los ojos.

Esto es realmente maravilloso.

No puedo creer que voy a dormir con Thomas Morgan.

Mi amor platónico de toda la vida.

Pude haber dormido en mi cuarto, pero siendo sincera, creo que no estaba preparada para afrontar la oscuridad sola con Thomas en la otra punta de la casa. Prácticamente, dormiría sola sin nadie. Podrían entrar a robar o intentar abusar de nuevo, y Thomas tardaría en llegar hasta mí. Así que ahora me considero estar en el paraíso. No quiero decir que mi corazón aun late acelerado a causa del miedo, pero lo hace. Incluso después de bañarme, siento las manos sudorosas y frenéticas de Liam por todo mi cuerpo. Su saliva en mi cuello y boca.

Todo eso aun pasa por mi cabeza como una película sin final.

Tal vez si estaba mareada para bañarme sola. De todos modos, no me quejo de que Thomas me haya acompañado en la ducha, pero cuando despierte al día siguiente, tardaré una hora entera para bañarme por completo.

Voy a fregar mi cuerpo miles de veces hasta estar segura de que las huellas de Liam desaparecieron de mi cuerpo. Aun siento sus manos en mis pechos, o su boca depredadora.

Mi cuerpo se estremece de asco ante esos recuerdos y muerdo mi labio para controlar mis ganas de llorar.

No quiero que Thomas me descubra llorando otra vez. No quiero que piense que soy debilucha y frágil, aunque en verdad siento que soy todo eso.

—Te traje leche —una voz hace que me voltee hacia la puerta.

Parpadeo rápido para alejar las lágrimas y frunzo el ceño.

Thomas se encuentra con un pantalón suelto de algodón y una camiseta negra al cuerpo. Sostiene un vaso de leche en su mano.

—¿Leche?

¿Acaso escuché bien?

—Sí, la leche ayuda a desvanecer los efectos de la marihuana mucho más rápido que cuando no bebes nada. Creo que al brownie no le pusieron leche porque la forma en que te pego fue demasiado.

Asiento y me siento en el colchón tomando el vaso que él me pasa.

—No tiene azúcar —avisa—. Será mejor.

Me encojo de hombros y mi cuerpo se tensa cuando veo que él rodea la cama y comienza recostarse a mi lado.

—Em... s-si, no hay problema. De todos modos, no me gusta el azúcar.

A Prueba De Ti [T#2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora