(THOMAS MORGAN)
Siempre que he visto películas con mis padres, he oído la frase: "Nunca había sentido esto por nadie, hasta que tú llegaste".
Siempre sucede que uno de los protagonistas nunca siente nada por nadie, hasta que, bueno, aparece esa persona. Apenas se ven, sienten cosas el uno por el otro, se declaran el amor eterno dos semanas después de conocerse, e incluso ya se proponen matrimonio o tienen hijos. Toda esa cosa cursi de las relaciones de "amor a primera vista" siempre me pareció ridícula. Incluso más allá de eso, irreal, estúpida y patética.
Porque vamos, ¿dos semanas ya se conocen y descubren que son almas gemelas? No, lo que ellos sienten esas primeras dos semanas es pura calentura y atracción.
Siempre he pensado eso, incluso después de conocer a Fran.
Hasta ahora.
La primera vez que la vi, yo estaba recuperándome de las heridas que mi padre había provocado, pero debo admitir y aunque suene cursi o patético también, cuando ella me toco por primera vez esa tarde, sus manos... joder, ni siquiera la había visto y supe que era un maldito ángel que me haría dudar de todas las cosas que creí hasta ese momento.
Dudé acerca de la opinión de mi padre acerca de las mujeres, dudé de la idea de que, si alguien toca tus heridas, duele como la mierda, dudé de esa idea de que las sensaciones cosquilleantes eran solo ilusiones de uno mismo.
Dudé de todo eso, pero ahora, sé que eso que creía no eran más que habladurías. Siempre había sido falso.
A pesar de haberla visto y pensar "Mierda, es la chica más bella que haya visto jamás", no fue amor a primera vista, sin duda no lo fue. Solo fue pura atracción ante algo que nunca había visto en el infierno, un ángel. Había visto un rayo de sol, puro y deslumbrante.
Con el pasar de los días y semanas, fui comprendiendo de que esa atracción si se puede convertir en algo más. Dudé acerca de lo que papá dijo de que los sentimientos no existen.
Llego ella, y dudé de todo lo que conocía.
Ya no estaba loco de lo perfecta que era por fuera, sino de lo hermosa que era por dentro. Siempre se preocupaba por mí, se molestaba conmigo cuando hacia las cosas mal, cuidaba de su hermano, era una buena amiga, una buena compañera, era dulce, simpática, inocente, pero no en el sentido vulgar, sino inocente en la forma de que creía que todos eran buenos y merecían ser perdonados. Era así, y aun lo sigue siendo.
Y cuando la besé por primera vez, joder, besarla fue magia pura. Sin dudar, pude pensar en que nunca nadie me había besado como me besó ella. Nunca tuve un beso tan mágico hasta que ella jodidamente llegó a mí vida. Ya había dudado acerca de las estúpidas frases que se decían en las películas. Todo eso era cierto. Y aunque pudo fue un simple roce de labios para cualquiera que pudo haberlo visto, fue el mejor puto maldito beso del mundo para mí.
Pero, todo cambio cuando me alejé de ella. Cuando cometí el error de lastimarla, cuando prometí alejarme. Sin embargo, a pesar de alejarme, y de mentirme a mí mismo diciéndome que ya no sentía nada por mi rayo de sol, eran puras mentiras. Dudé de lo que estuve diciéndome constantemente por tres años seguidos, descubriendo que estaba fingiendo, que todo era falso.
Y ahora, en este mismo momento en donde estoy en su casa, abrazándola de costado, ambos mirando la oscuridad de la noche y el cielo estrellado, sintiendo su dulce aroma a flores, las hebras de su cabello rozando mis labios, y su respiración relajada sobre mi pecho, sé que nunca he sentido esto por nadie. Esa frase que tanto critiqué, nunca se pudo haber ajustado mejor a lo que ha estado sucediendo y con lo que he estado sintiendo con respecto a Fran.
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A Prueba De Ti [T#2]
RomanceNadie elige de quien enamorarse, porque créanme que, si así fuera, la mayoría elegiría a una persona diferente. Eso me sucedió con ella. No debía enamorarme, pero pasó y no pude evitarlo. Cuando la vi por primera vez, supe en ese mismo instante que...