☀️(18) Hay muchas razones para estar contigo, rayo de sol

1.4K 113 39
                                    


(FRANCESCA BOWEN)


Estoy vomitando.

Creo que mi hígado está siendo expulsado de mi organismo.

Apoyo mi barbilla en el borde del excusado y con una mano, limpio con fuerza mis labios sucios manchados de vomito. Mi garganta arde como si hubiera tomado ácido y me cuesta tragar.

Me siento tan agotada que no me importa estar cubierta de mi propio vomito. Apenas tengo fuerzas para levantar la cabeza del retrete.

Hace más de media hora que estoy despierta y en el momento en que abrí los ojos supe que mi estómago gritaba por ayuda. El sabor amargo y acido quema mi garganta y paladar.

Ahora me encuentro en el baño con el pelo recogido en un moño, los ojos llorosos y bañados en sangre y la boca echa un basurero. Agradezco que Valen y los chicos no estén aquí, no sé a qué hora llegaron o si siquiera llegaron a la cabaña, pero estoy feliz porque eso me permite tener un momento de soledad para poder devolver toda esta mierda que tengo en mi organismo.

Recuerdo cuando fumé y comí los brownies, y luego la última parte cuando Liam intento besarme y tocarme a la fuerza hasta cuando Thomas me rescató.

Después de eso, apenas tengo registro de lo que hice o dije. Recuerdo flashes de mi noche, pero nada que me ayude bien a saber qué demonios pasó. Lo que sí está grabado en mi mente es cuando Thomas ayudó a bañarme, lo cual ahora me parece vergonzoso y también cuando dormí en su habitación para luego reprenderme por haberlo tocado íntimamente.

Trago con dificultad debido a mi garganta irritada.

No sé qué le ven a esto de fumar y drogarse. No es nada bonito. Te despiertas fatal y solo tienes ganas de morirte.

Cuando me doy cuenta de que ya no tengo nada que expulsar, me pongo de pie para cepillarme los dientes. A duras penas.

Me doy una larga ducha y luego me arreglo un poco el cabello en una trenza cocida y salgo hacia la cocina arrastrando los pies. Miro la hora en mi teléfono y me dice que son las seis y media de la tarde.

Dios mío, sí que dormí.

Al salir del pasillo, me encuentro con Thomas sentado frente al mesón y viéndome directamente entrar a la cocina. Tiene una taza en la mano y me mira mientras bebe de él.

—Holis, ¿todo bien? —murmuro, a pesar de que por la cara que noto que tiene, parece no tener nada de bien.

No contesta y como hoy no me encuentro precisamente de buen humor, aparto la mirada de él y me encojo de hombros dirigiéndome al aparador para sacar un vaso y un plato.

Ya estoy cansada de su actitud, y a pesar de que su conducta sea tan confusa para mí, decido ignorarlo. Estar torturándome pensando en porqué al principio parece coquetear conmigo y al segundo tratarme descortés, se está volviendo una tarea agotadora.

Abro la nevera y no queriendo estar frente a él, preparo mi desayualmuerzo (incluso con resaca y a punto de morir soy creativa, gracias) en la encimera de la cocina. Mientras me centro en mi tarea, algo en la esquina de la encimera llama mi atención. Es el celular de mi hermano enchufado al cargador. Lo tomo y lo observo por unos segundos, volteo hacia Thomas quien me mira sin expresión alguna.

—¿Mi hermano está aquí? —pregunto. Niega—. ¿Dónde están?

Tarda en responder y a punto de rendirme con él, habla.

—Fue a llevar a Sara y a los chicos a la terminal.

Mi ceño se frunce.

Mañana nos vamos, ¿Por qué se irían un día antes? ¿Sara y Val pelearon?

A Prueba De Ti [T#2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora