(THOMAS MORGAN)Me recuesto en el sillón de mi casa, cansado.
Luego de saludar a mis padres adoptivos y tomar un café con ellos, me dirigí a la parte trasera del patio, mi casa. Sé que es raro tener una propia casa a los diecisiete años, pero cuando hace año y medio les rogué incansablemente para tener la casa de huéspedes de la parte trasera, después de tanto negármelo, aceptaron.
Owen y Nicole, mis padres adoptivos, son muy considerados conmigo, se dieron cuenta cuando apenas llegue, que era alguien que disfrutaba de la soledad o al menos, de una sola buena compañía, como, por ejemplo, mis amigos. Así que creo que consideraron eso también cuando les pedí vivir solo detrás de su casa.
Al principio, cuando salí del hospital y me mandaron a su casa, era odioso, no me gustaba nada y apenas solía comer, era detestable, pero nunca pensaron en dejarme o devolverme al Estado, aunque eso es lo que debieron hacer. Ellos solo eran padres temporales hasta decidir si me llevaban a un reformatorio por lo que había hecho o a un orfanato como un niño abusado por su padre. Supongo que se encariñaron conmigo, puesto que presentaron los papeles de adopción para tenerme de forma permanente y así sucedió. Incluso se iban a disponer a pagar la fianza para el reformatorio si me llevaban allí. Por suerte, eso no sucedió.
De todas formas, aun pienso en las razones por las que me adoptaron siendo que podrían haber adoptado a alguien más chico o a un bebe, ¿Por qué adoptar a un adolescente? Incluso al principio se los preguntaba, pero siempre Nicole me respondía con estas palabras que, aunque tenga treinta años, nunca olvidare:
"Porque descubrimos al niño más maravilloso del mundo y no podíamos permitir que alguien más lo tuviera, arriesgándonos a que no lo valoraran como se lo merece. Te amamos y no podíamos permitir alejarte de nosotros".
Siempre mi padre me había repetido que él era el único que me aguantaría y que sentiría el mínimo aprecio por mí. Estoy feliz de que lo que haya dicho, fuese una total mentira.
Decido levantarme para despejar esos pensamientos acerca de mi padre y prepararme un café ya que no tengo sueño. La única cosa amarga que me gusta es el café, luego de eso, aún sigo amando los dulces, el azúcar y el chocolate. A pesar de que luego de mudarme con Nicole y Owen comencé a comer cosas que jamás había probado en mi vida como el helado, ese gusto y adicción por las cosas dulces aún no se perdieron.
Siempre que puedo, me compro una bolsa de caramelos con sabor a dulce de leche o limón que es mi sabor favorito en todo. Pero lo que nunca dejará de gustarme será el chocolate y el Pie de limón.
Si, lo sé, parezco un niño hambriento y goloso.
Llego a la encimera al fondo de la casa y me encuentro con el paquete de Oreos aun sin tocar.
Algo en eso me hace pensar en Francesca y tal vez sea porque fue ella la que me los compro.
Me dejó boquiabierto cuando me dijo tales cosas después de preguntarle porque se había ido de mi cama en la noche. Sé que merecía un poco de mi propia medicina, pero no fue agradable. Supongo que para ella tampoco lo es cuando yo le digo tales cosas. Creo que debo cambiar la forma en la que me dirijo a ella con tal de alejarla lo suficiente para que no se confunda con este tipo de relacion que acabo de proponer.
En primer lugar, fue totalmente estúpido pedirle eso. Ella me gusta, quiero ser algo mucho más para ella, pero no lo merece, no mientras haga todo lo que hagq para salir a flote y llevarme a mi hermano de esa familia que la adoptó y en la que no confío.
Sé que ella está enamorada de mí, pero necesitaba dejarle en claro que esto solo era algo para pasar el rato, yo nunca he tenido novia a excepción de Tammy y fue solo para olvidarme de Francesca, cosa que no funcionó. Así que cuando me dijo lo que esperaba escuchar, cuando le pregunte si en verdad estaba enamorada de mí, pensé que, si ella podía ocultar sus sentimientos para seguir con lo que sea que es esto, yo también podría hacerlo, así que también mentí cuando me preguntó lo mismo.
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A Prueba De Ti [T#2]
RomanceNadie elige de quien enamorarse, porque créanme que, si así fuera, la mayoría elegiría a una persona diferente. Eso me sucedió con ella. No debía enamorarme, pero pasó y no pude evitarlo. Cuando la vi por primera vez, supe en ese mismo instante que...