☀️(62) Tú también eres familia

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(FRANCESCA BOWEN)

—Allí está —me sacude Lucy. El ruido de la fiesta amortigua sus gritos haciendo que por poco no la oiga.

La música, gritos y risas están en su pleno apogeo.

Arrugo la frente y me dispongo a recorrer el lugar con la mirada—¿Dónde? No lo veo —inquiero, frustrada.

Lucy se pega a mi mejilla y señala con su dedo—¡Allí! Frente a tu nariz.

Mis ojos siguen su dedo y me siento una estúpida total cuando veo a Thomas mirándome con diversión desde el marco de la puerta a mi derecha. Okey, la poca iluminación no ayuda a mi vista. Y las personas en casa de Thomas son un gran obstáculo.

¿Desde cuánto tiempo Thomas a estado viéndome buscarlo? Que humillante.

Lucy me da un pequeño empujoncito y salgo disparada en dirección de Thomas. Sus manos se envuelven a mi cintura al momento en que choco contra él. Su ligero aroma corporal inunda mi nariz, huele a miel y a algo fresco y limpio. Parece recién duchado, totalmente sexy con su cabello húmedo y su rostro pálido, suave y limpio. Raro, porque el partido finalizo hace más de unas cuantas horas y he estado aquí hace tanto tiempo. Apenas finalizó el partido, el cual ganamos, los chicos fueron a ducharse para después aparecer aquí, en la fiesta de Thomas. El lugar rebosa de gente, tanto de fans del futbol, amigos de Thomas y otros conocidos de Matt. La fiesta es una celebración tanto por el cumpleaños de Thomas, el partido ganado y el festejo de Matt y sus posibles becas gracias a los buscadores de talentos de esta noche. En fin, en cuanto aparecí en casa de Thomas, no paré de buscarlo. Le prometí que estaría allí para él. La verdad es que no se si estaba desesperada por buscarlo porque quería darle el gusto, o porque en realidad era más para mi beneficio.

Sus dedos me acarician sobre la ropa—¿Me estabas buscando? —grita en mi oído.

Ruedo los ojos fingiendo indiferencia—¿Desde hace cuánto tiempo estabas viéndome?

Mira el techo, pensativo—Mmm... desde que entraste, rayo de sol.

—Como todo un acosador —murmuro en su oído. Frunzo el ceño y miro la hora en mi teléfono—. Son como... las dos de la mañana, Thomas. Estuviste mirándome desde hace, como, ¿dos o tres horas?

Se encoge de hombros—Tuve que hacer de anfitrión, nena. Eso no quiere decir que no tuve un ojo en ti —un dulce guiño de su parte me deja algo mareada.

Se aparta de mi para tomar mi mano.

Inclina la cabeza hacia las escaleras en dirección a su cuarto.

—Vamos —mueve sus labios, pero logro entenderlo a la perfección.

Trago duro. Sin despegar su mano, me lleva hacia las escaleras. Por el costado, noto a Lucy con sus pulgares para arriba en señal de apoyo. Su rostro pícaro y travieso me dejan en claro sus pensamientos. Sacudo la cabeza con una sonrisa nerviosa y tímida.

El agarre de Thomas me mantiene anclada a su lado. La fiesta en su pleno auge, chicas bailando, otros jugando alguna clase de juego con vasos en la mesa del comedor, besos, manoseos, risas, chistes, empujones burlones. Todo indica que estamos acercándonos al desorden y caos. Después de tanto tiempo, debe ser raro para Thomas festejar su cumpleaños, y más aún hacer una fiesta en su casa. Cosa que nunca hizo.

Llegamos aquí con Rose, Val, Sebas y Lía. Y ahora que recorre el lugar con la mirada, no encuentro a nadie rondando por ahí. La culpa me invade de repente al recordar como Valen se alejó de Rose apenas llegamos. Después del partido, Rose vino a nuestra casa para cambiarse para la fiesta. En un arrebato, al verlos tan felices y a mi hermano luciendo tan inocente y santo, lo llevé a mi cuarto y lo arrinconé atacándolo con preguntas sobre la apuesta. Lo que no previne, lastimosamente, es que se daría cuenta de que estaba en los vestidores escondida. Estaba tan decepcionada y ensimismada en mi molestia, que no me di cuenta de que solté todo sin controlarme. Pero seguí reprimiéndolo por haber hecho algo tan deshonesto hasta que lo amenacé. Sé que tal vez no debí hacerlo y meterme, es decir, hice lo mismo que él hizo con Thomas al advertirle sobre mi o cuando lo golpeó en mi cumpleaños. Pero Rose es mi amiga, después de verla tanto tiempo en casa con Val, se volvió solo familiar. Hablamos tanto, sumiéndonos en conversaciones intimas y cómplices, que ahora no me cuesta verla como la hermana mayor que no tengo. Sí, no es que seamos amigas íntimas y ella me cuenta sus cosas con mi hermano o sus cosas personales como sé qué hace con Val, pero, de todas formas, la veo como a Val, como mi hermana, como una persona a quien aprecio y amo porque ha estado allí, conmigo y con mi hermano. No es difícil amarla y apreciarla tanto cuando pone una sonrisa constante en la cara de mi hermano y lo hace feliz. Si Val es el posible villano en este momento, a punto de romper su corazón, sé a quién voy a defender.

A Prueba De Ti [T#2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora