(FRANCESCA BOWEN)—¿Por qué paramos antes? —pregunto.
—Te compraremos un traje de baño.
Frunzo el ceño mientras lo sigo hacia la tienda. Cuando entramos, una señora de cabello azul nos recibe y Thomas le dice que quiere ver algunos trajes de baño; nos lleva hacia el fondo donde hay una pared repleta de trajes de baño de todos los diseños y colores. Quedo algo atónita ante la vista.
—Cualquier cosa que necesiten, me avisan, ¿sí? —avisa la señora antes de marcharse.
—Thomas, ya tengo bastantes trajes de baño —le digo.
Niega—Quiero que tengas algo que yo te di. Cuando estés en la piscina, quiero verte con este traje de baño —ni siquiera duda cuando toma un bikini amarillo bastante bonito y llamativo—. Mi color favorito en mi chica favorita.
Mi rostro se llena de calor, tomo el traje de baño y lo inspecciono con cuidado. Es un color bonito, y nunca he usado un bikini de ese color. Me gusta, aunque el corpiño es algo pequeño. O simplemente más revelador.
—Pruébatelo —dice, ya llevándome a un cambiador.
Cierra las cortinas y me deja sola frente a un espejo. Dudo, pero me quito la remera y mi corpiño de bikini que ya tenía puesto para el parque acuático. La señora de la tienda nos advirtió que las bragas no pueden probarse, pero tengo suerte porque conozco lo suficiente mi cuerpo como para saber que la parte inferior me quedará. Me coloco el corpiño. Como adiviné, es algo pequeño. No en el sentido de apenas cubrirme los pezones, pero sí que deja escapar parte de mis pechos a los costados. Tiene volados en la parte inferior y pequeñas piedras brillosas de colores en los bordes del corpiño.
—Thomas... —murmuro en voz baja porque sé que está del otro lado pegado a las cortinas. Puedo oír su respiración.
—¿Ya estás lista? —dice al mismo tiempo que corre por completo las cortinas abriéndolas por completo. Cubro mi cuerpo por puro reflejo.
—¡Jesus, Thomas! ¡No hace falta que toda la tienda vea como me queda el bikini! —susurro.
Thomas se ríe, pero vuelve a deslizar las persianas para que nadie ande de fisgón y el resto me cubre el cuerpo de Thomas—Lo siento, nunca he acompañado a... —su voz se silencia cuando sus ojos caen a mis pechos. Se mete dentro del vestuario y nos encierra dentro—. Mierda, rayo de sol, te queda perfecto.
Le doy la espalda para enfrentar el espejo—¿Seguro? Es que parece medio pequeño —digo, insegura. Sus dedos tocan mi cintura y suben con lentitud—. ¿Y si...y si se me escapa un pecho en la piscina? Todo s-será tu culpa —jadeo cuando sus dedos rozan los lados de mis pechos que se escapan del corpiño.
—Si sucede, le romperé la cara a cualquiera que te mire con otras intenciones —susurra en mi oído. Los vellos de mi cuello se erizan. Cierro los ojos cuando desliza un lado del corpiño y acuna mi pecho con una mano.
El calor se incrementa entre mis muslos—N-no hay que llegar a extremos, te lo dije... —jadeo.
Planta un beso húmedo en mi cuello—Lo siento por la marca en tu piel —se disculpa, refiriéndose al chupetón que es muy notorio con este bikini.
—¿Está todo bien? —la voz de la empleada resuena fuera del cambiador.
Thomas gira mi cabeza y planta un beso brusco en mis labios antes de desaparecer fuera como si nada. Trato de calmar mi respiración y me cambio con rapidez.
—Sí, todo bien. Lo llevaremos. Solo estaba convenciendo a mi novia de que le queda perfecto —explica con voz neutra.
Ajá, si claro, eso hacías.
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A Prueba De Ti [T#2]
RomansNadie elige de quien enamorarse, porque créanme que, si así fuera, la mayoría elegiría a una persona diferente. Eso me sucedió con ella. No debía enamorarme, pero pasó y no pude evitarlo. Cuando la vi por primera vez, supe en ese mismo instante que...