☀️(58) Nada de tiempo. Nada de esperar.

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(FRANCESCA BOWEN)

—¿Estás bien? —Lucy se centra en la ventana de casa, las luces de la sala están encendidas—. Tu hermano ya está en casa, ¿quieres que te hagamos compañía?

Niego y les dedico una sonrisa tranquilizadora. Mark apaga el auto.

—¿Segura? —pregunta él—. No te veo bien como para lidiar con una pelea en estos momentos.

Asiento—Le he enviado varios mensajes, no contestó —explico—. Es hora de enfrentarlo.

—Estará molesto —suelta Lucy.

Abro la puerta, salgo del auto y volteo hacia mis amigos—Les diré como me fue más tarde. Adiós.

—Suerte, rubia —grita Lu.

Camino hacia la entrada de casa bajo la luna en su punto más alto, el rugido del auto se desvanece poco a poco. Cuando abro la puerta, me dirijo a la sala y encuentro a Valen jugando a la Xbox. Su rostro gira en mi dirección solo un segundo antes de concentrarse en el juego nuevamente. Sacudo mis manos a los costados y tomo una bocanada de aire. Me siento en el sofá en diagonal a mi hermano.

—Tenemos... —trago—. Tenemos que hablar, Val.

Mi voz suena en un bajo susurro, pero sé que me oye cuando observo como apaga la televisión, sumiéndonos en un incómodo silencio. Valentino se niega a mirarme, sus ojos fijos en la oscura televisión.

—No hay nada que hablar. Lo que vi anoche es suficiente, ¿no crees?

Muerdo mis labios—Em...estoy enamorada, Valen.

—Lo he notado —gira sus ojos calvándose en mi rostro—. ¿Y él?

Abro los ojos—Ha cambiado.

—¿De verdad? No hace falta que te diga como es. Tú lo has visto suficientes veces. Estuviste allí hace años cuando avergonzó a Tammy. Cuando era una mierda con las chicas. Esa actitud no desaparece como si nada, Fran. No quiero ver cómo te rompe el corazón.

Si Valen supiera que ya lo tengo. Y no solo una persona ha contribuido a romperlo.

—Puedo decidir por mí misma —expongo—. Soy grande. Lo creas o no, soy madura, hermano. He llegado a conocer las partes de Thomas que tu no conoces, sé que no me hará daño.

Valentino debe ver la convicción en mis ojos. La determinación con la que suelto aquellas palabras. Estoy harta de ser tratada como una niña. Ya tengo dieciséis, e incluso cuando tenía quince, era lo suficientemente madura para notar los problemas por mí misma, para darme cuenta de mis decisiones y las consecuencias que podrían traer. Quiero que me dejen decidir por mí misma.

Valentino suelta un largo suspiro como si estuviera agotado de escucharme. Ni siquiera han pasado dos minutos de nuestra charla, y sé que ya quiere retirarse. Es muy doloroso ver como mi hermano parece cansado de soportarme, como no confía en mi e incluso ya quiere terminar esta necesaria conversación. Habíamos estado bien durante meses, pero hace unas semanas, mi hermano también ha estado extraño. No sé si será por la misma razón que yo, pero me doy cuenta de que poco a poco, estamos creciendo más. Y no con experiencias del todo buenas.

—Aún me siento algo traicionado —confiesa—. No me gusta verte con él. Saber que puede ser una mierda contigo o herirte cuando ya se canse de ti, no está en mis planes que eso pase. Pero tienes razón, eres grande, sabes cómo es él, así que también debes saber que en cualquier momento te puede herir —rasca su cuello con incomodidad. Arruga la nariz como si le costara decir lo siguiente—. Pueden salir juntos. No puedo decidir sobre eso. Si te prohíbo verlo, sé que lo harán a escondidas como lo hicieron todo este tiempo. Así que no me queda de otra que tolerarlo—dice a duras penas.

A Prueba De Ti [T#2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora