|Capítulo 05|

9.1K 446 75
                                    

Cristhina Argon.

Sábado 02/marzo/2019


A penas cierro la puerta ya quiero salir corriendo. Me aterra estar con mis padres a solas.

—¿Qué pasa mi vida? —habla mamá.

—Yo...—dudo, la voz se me quiebra.

—No tengo tiempo para tus cosas Cristhina, apresúrate—dice él.

—Seguiré estudiando y trabajare para los Holson, no para mi hermano—suelto, de golpe y sin tacto, sobresaltando a mamá y enfadándolo a él.

No me pide que lo repita, no me pide que me retracte, solo me da una fuerte y sonara bofetada, haciendo que me tambalee y mi madre comience a llorar.

—Michell es una mala influencia para ti, tú no quieres hacer eso y lo sabes—intenta calmarse, cosa que claramente no hace muy bien—serás la secretaria de tu hermano por un tiempo hasta que consigas un buen chico, te casaras, tendrás hijos y te dedicaras al cien por ciento a las labores de la casa, como debe de ser—planea haciéndome enojar.

La razón por la que detesto que mi mejor amiga planee absolutamente todos sus días es él, de quien siempre he escuchado el cómo planea mi vida a su antojo.

—¡No! —grito con frustración.

—Escucha Cristhina podrías encontrarte a un buen partido, como tu madre lo hizo, te llevaría de viajes a muchos lugares, como yo lo hago con ella y si te comportas como se debe comportar una mujer, seguro que te tratará bien—dice seguro.

Y esa confianza, esa maldita confianza me molesta más, porque por todas partes hay imbéciles como mi padre completamente seguros de ese pensamiento machista.

—Pero que estupidez tan más grande estas diciendo—hablo, pareciendo fuerte por fuera mientras tiemblo por dentro— tú solo traes de adorno a mamá, no dejas que haga absolutamente nada en el negocio, que te recuerdo ¡no es tuyo!, ¿cómo se debe comportar una mujer? ¡A la mierda con eso! ¡No me dirás que hacer! ¡La única que decide soy yo! —grito con fuerza, dejándolo salir todo.

—¡Basta! ¡No me hables de esa manera! —me detiene—Harás lo que te dije y ya no hay nada más que discutir—finaliza.

Mama está llorando desconsoladamente lejos de nosotros, la miro con un poco de pena y entre sollozos me dirijo a ella.

—¿No dirás nada? ¿Te quedaras callada como siempre? ¿Dejaras que nos trate como basura? ¿Dejaras que haga conmigo lo mismo que ha hecho contigo todo este tiempo? —cuestiono.

Levanta la mirada, no para de llorar, ve un momento a mi padre y luego se dirige a mí.

—Has caso a tu padre, tienes que obedecer lo que ellos digan, tienes que hacer lo que te pidan, nosotras solo estamos aquí para estar detrás de un hombre, amarlo y respetarlo, antes era así, no tiene por qué cambiar—asiente segura.

Había olvidado que, pese a que ella sufre, realmente cree que está bien lo que él hace.

—¡Estas mal! No estamos detrás de un hombre, estamos a su lado o incluso delante y si nosotras los amamos y respetamos ellos tienen que hacer lo mismo—digo dolida.

Ella intenta hablar, pero antes de que lo logre, recibe un fuerte golpe.

—¡Eso es lo que pasa cuando las mujeres estudian fuera! —le grita— ¡Si la hubieses educado en casa, nada de esto pasaría!

La impotencia me invade y cuando veo como está dispuesto a golpear a mamá nuevamente, intento detenerlo, pero los gritos de ella me detienen a mí.

Obsesión fatal. ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora