|Capítulo 36|

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Domingo 01/septiembre/2019

Cristhina Argon


Veo a mi hermano hablar de manera seria con el investigador mientras yo solo les escucho un poco confundida ante varias cosas que definitivamente no logro entender, continúan de esa manera por varios minutos hasta que una palabra se roba mi atención.

—¿Qué has dicho? —frunzo el ceño.

—Que los he encontrado—me sonríe.

Agrando los ojos con sorpresa, entusiasmada ante la idea de que puede ser de ayuda.

—Les he contactado hace dos días y estoy esperando una respuesta positiva—explica—entiendo que les cueste decidirse ante lo que significa.

—Por supuesto—asiento de acuerdo.

Ha encontrado a la ex novia de Ryan y al chico a quien golpeo hasta el punto de ser expulsado de su última universidad.

—Bien—suspira mi hermano mientras se levanta—¿quieres beber algo?

—Un café cargado por favor—pide el hombre.

—¿Abeja? —me pregunta.

—Lo mismo—le hago saber antes de que desaparezca en la cocina.

Estos últimos días nos hemos estado quedando en casa de los Holson, pero no están presentes ahora mismo ante el hecho de que Gaby requirió de algunas pastillas para poder dormir y Ernesto continúa cuidando de ella.

Lo observo y me pienso en que debe ser difícil, conoce a Michell desde hace años por lo que también es algo personal para él, poco ha dormido y mucho se ha esforzado.

—¿Has descansado de forma correcta? —cuestiono.

—Hago lo que puedo—ríe sin dejar de escribir en su laptop.

—Gracias...—susurro—por todo.

—Es mi trabajo—se encoge de hombros.

—Seguro.

Lo mucho que impone intimida bastante, pero justo ahora, en estos momentos, parece alguien tan dócil y sensible que es lindo.

—Michell siempre hablaba de ti como si fueras un tipo de animal rabioso—habla ante el hecho de que no aparto la mirada.

—Mínimo hablaba de mí—sonrió un poco por primera vez en mucho tiempo—Ella te aprecia y cuando no supe nada de mi hermano por un tiempo él confió plenamente en que tú lo encontrarías—recuerdo.

—Jamás he fallado un solo trabajo y esta vez no será la excepción—niega convencido.

Parece que ha finalizado con lo que estaba haciendo por lo que guarda su laptop y todos los documentos que tenía a su alrededor para prestarme atención por completo.

—¿Tienes la misma edad que Michell? —pregunta.

—Somos del mismo año sí—asiento—pero yo nací en diciembre, aún tengo 18 años—le explico—¿y tú? —busco saber—¿Qué edad tienes?

—24—me sorprende.

—Pareces ser más grande—frunzo el ceño.

—Todos me lo dicen—ríe—pero supongo que son cosas del oficio.

—Igual eres demasiado joven para dedicarte a esto—decido.

—No lo creo—niega—mis padres y abuelos se dedicaban a esto, así que desde pequeño siempre entendí mucho de este mundo y no fue difícil acoplarme.

Obsesión fatal. ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora