|Capítulo 30|

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Viernes 23/agosto/2019

Cristhina Argon.


Veo a mi hermano marcar con desesperación mientras yo permanezco sentada en mi lugar enviando mensaje tras mensaje.

—Pedí tu camioneta, estará en la entrada en seguida—dice la chica a Derek.

—Gracias—le susurra con alivio.

Tal y como me lo dijo Derek, había salido con la chica de su oficina y camino a la empresa los encontré, por lo que tras solo un helado y bebidas llegamos al trabajo juntos.

Y mientras estábamos platicando sobre diferentes cosas mi hermano recibió una llamada de Michell, para después sobresaltarse y gritar con desesperación su nombre.

—No responde—lo veo temblar.

Su amiga quien parece igual de preocupada por ambos le observa con cuidado antes de llamar a algunos compañeros.

—Me van a matar, pero necesito que se encarguen de esto por hoy—indica mientras le da tanto mi trabajo como el de Derek—regresare en unos minutos para ayudarles y prometo compensárselos, ¿sí? —hace un puchero.

—Claro, jefa—le sonríe un chico antes de desaparecer.

—No tienes que...—intenta mi hermano.

—Nada de eso—la veo tomar sus cosas y las mías—no les dejare manejar en este estado, están demasiado alterados y no quieren decirle nada a los Holson, entonces seré yo quien los lleve—decide mientras tiende su mano para ayudarme a caminar.

Cuando la acepto y aprieta con delicadeza mi mano para después darme una sonrisa por fin soy capaz de reaccionar por completo.

Poco después de que Derek llamara a gritos a Michell, su rostro se congelo por algunos segundos antes de susurrar el nombre que me helo la sangre y me hizo temer todo. Ryan.

Bajamos por el ascensor mientras mi hermano aun marca a su celular y al teléfono de la casa mientras que yo solo aprieto mi celular y me aferro a la mano cálida de la chica.

No entiende nada de lo que está sucediendo y parece controlar sus emociones por completo porque pese que en sus ojos se le ve asustada, confundida y perdida, no lo demuestra en lo absoluto su rostro, pese a todos los chismes que corren de ella y de mi hermano la única verdad es que son solo grandes amigos, ella ya tiene novio y solo ve en Derek a una gran persona. Son unidos gracias a su trabajo y gustos personales, por lo que se llevan de maravilla, pero nunca dije nada porque después de todo, esa amistad hizo que Michell se diera cuenta de sus sentimientos, pero ahora estoy tan arrepentida que quiero llorar.

Lo último que le dije resuena en mi cabeza y por más que intento pensar en que estará bien, al final mi mente viaja a los peores escenarios.

Al llegar al estacionamiento, subimos a la camioneta de mi hermano quien maneja con un poco de conflicto la chica mientras guarda silencio y se concentra en su destino.

Derek ha dejado de marcar y solo se concentra en el tiempo que estamos tardando en llegar, cosa que su amiga nota y por lo que acelera acortando el viaje.

Tardamos varios minutos que parecen horas en llegar e incluso antes de que se estacione, yo ya he abierto la puerta y salido para comenzar a correr.

—Regresa, te avisare que pasa para que les digas a los Holson—escucho a mi hermano decirle antes de que la camioneta se ponga en marcha otra vez y Derek se una a mi lado.

No esperamos el elevador, subimos las escaleras tan rápido como podemos, e incluso pese a que siempre las he odiado y soy de lo más floja pese a ser atleta soy incluso un poco más rápida que mi hermano por lo que soy la primera en llegar al pasillo y ver la puerta de nuestro departamento.

Obsesión fatal. ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora