|Capítulo 08|

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Lunes 25/marzo/2019


Guardo más cosas en la maleta que está a nada de explotar mientras me siento sobre ella y la obligo a cerrar, arrancándole una carcajada a Cris quien continúa viendo decoraciones en internet.

Hace poco que habíamos comenzado a empacar con el objetivo de que el día de la mudanza no fuera un caos total y todo se nos facilitara. Mamá, quien está ayudando a empacar ríe mientras saca cosas de las maletas que ya había logrado cerrar.

—¿Para qué te llevas esto Michell? —cuestiona reteniendo las risas mientras me enseña un proyecto de biología de la primaria.

Frunzo el ceño al verlo, ni siquiera había puesto atención a lo que guardaba, por lo que lo regreso junto con otras cosas que no necesito y sonrío ante ver los lugares ahora vacíos, encuentro unos garabatos de Cristhi en la pared, manchas de pintura y más tonterías que alguna vez hice.

—¿Te gusta este Mich? —cuestiona mi amiga mientras señala la pantalla.

Asiento mientras dejo el trabajo de guardar mis cosas y me dejo caer en la cama mientras suspiro.

—Los vecinos está abajo—dice mamá de la nada.

—Cierto—sonríe Cris—Ryan está ahí, ¿Por qué no bajas?

—¿Por qué haría eso? —frunzo el ceño—solo los voy a distraer.

Mi amiga rueda los ojos mientras se levanta de la silla, se acerca a mi cama y me obliga a levantarme para después casi echarme de la habitación, cuando cierra la puerta dejándome fuera solo rio sin gracia antes de comenzar a bajar las escaleras.

Desde que habíamos regresado a clases Ryan iba por ambas todos los días sin falta, nos la pasábamos de lo mejor en todo el camino por lo que le estaba conociendo mucho más y era demasiado agradable, además de que hoy me había llevado a la empresa de mis padres para mi entrevista por lo que también estábamos pasando las tardes juntos.

Hoy mis padres estaban haciendo una parrillada e invitaron a los vecinos, pero estaban esperando por algunas cosas que pidieron por internet por lo que todos estábamos solo esperando.

Al llegar a la sala encuentro a los adultos carcajeando y me sorprendo de no ver al chico cerca por lo que lo comienzo a buscar con la mirada, encontrándolo en el patio, sentado en la banca que hace mucho nadie usa, salgo con cuidado y en silencio para no llamar la atención de mi padre y a penas logro salir el chico me descubre y sonríe.

—¿Qué haces? —cuestiono.

—Conteniéndome—ríe, mientras me siento a su lado.

—¿A qué te refieres? —curioseo.

—Muero por fumar un cigarrillo—suspira, echando su cabeza para atrás—pero mi madre se molestará demasiado—explica—además de que a ti tampoco te gustaría.

—¿Te contienes por mí? Que considerado, gracias—bromeo haciéndole reír.

—No es broma—niega—no hare algo que no te gusta.

Ello me hace sonreír, por lo que miro al frente y cambio de tema.

—¿Trabajas? —recuerdo que cuando me llevo a la entrevista dijo que no es tan malo trabajar.

—Ayudo a papá con algunas cosas de su negocio—asiente—no es muy difícil y tampoco a tiempo completo, solo cada vez que lo necesita, por lo que estoy buscando algo más—explica—pero hoy que he visitado la empresa de tu familia he llegado a una conclusión—parece feliz.

Obsesión fatal. ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora