|Capítulo 33|

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Miércoles 28/agosto/2019


Mientras bebo un jugo que necesitaba demasiado sin saberlo, veo a Ryan bastante entretenido con algunos papeles en manos al igual que varios plumones de diferentes colores y casi puedo ver a ese chico del que me enamoré, aquel que me llevaba a nuevos lugares en la ciudad, aquel a quien le brillaban los ojos con amor, aquel que me hacía sentir segura.

—Ryan...—susurro ante algo que ha venido a mi cabeza.

—¿Qué sucede? —pregunta sin mirarme.

—¿Por qué sabias tanto de Jasdul? —digo curiosa—¿por qué conocías tantos lugares? —lugares que a veces ni siquiera yo conocía pese a pasar toda mi vida allí.

—Porque siempre me quedaba hasta la madrugada revisando los sitios web de los lugares, siempre busque las mejores opciones para ti—se encoge de hombros.

Y ahí está de nuevo. Ese tipo de cosas son las que amaba de él.

—¿Qué haces? —curioseo desde mi cama cambiando de tema.

—Ahora te enseño—parece emocionado de que haya preguntado.

Asiento mientras miro por la única cosa que me hace sentir un poco viva en este maldito lugar, los colores fuera de la ventana.

Sus movimientos llaman mi atención por lo que lo miro acercarse a mí, entregándome lo que antes tenía, varias hojas que al desdoblarlas me hacen fruncir el ceño ya que encuentro calendarios impresos, de varios meses, julio, agosto, septiembre, octubre y noviembre, cuando miro más detalladamente las hojas descubro que hay días marcados con diferentes colores, entre ellos el viernes 23, el día que me secuestro.

Pero los días antes llaman bastante mi atención, porque entre ellos están los días en los que me sentía vigilada, al igual que el de la cita que tuve con Derek.

—Por eso me sentía tan mal aquel día—susurro.

—Todo estaba perfectamente planeado, justo como te gusta—sonríe.

—¿Qué significa esto? —señalo los cinco días después de mi secuestro.

—Los días que llevamos juntos—señala con obviedad.

—Imposible—niego asustada—han sido menos—respiro con dificultad—o, no—niego entre susurros—debes estar mal, es imposible que esto sea cierto—ruego mentalmente porque me haya mentido.

—Es la fecha real—busca rápidamente algo y me muestra la pantalla de su celular donde se reproduce un video de las noticias en tiempo real, con la misma fecha marcada en el calendario.

Miércoles 28 de agosto. No puede ser posible.

—Has dormido bastante—dice con una sonrisa.

Y de pronto lo recuerdo porque es cierto, últimamente duermo demasiado, pero, ¿será posible dormir tanto como para no saber en qué maldito día vivo?

Miro nuevamente todas las hojas y un escalofrió recorre todo mi cuerpo.

—¿Por qué tienes hasta noviembre? —cuestiono.

—Es hasta donde he planeado—sonríe emocionado—aun trabajo en los demás meses.

No, no, no, por favor, no.

Me duele sencillamente pensarlo, soy incapaz de soportarlo por tanto tiempo. Comienzo a sentirme un poco desorientada, todo me da vueltas y siento unas ganas inmensas de dormir, por lo que me recuesto en la cama y cierro mis ojos, viéndolo sonreír a mi lado.

Obsesión fatal. ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora