|Capítulo 06|

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Jueves 14/marzo/2019


El hombre sigue gritando estupideces y en serio quiero lanzarme a golpearlo hasta que se calle, pero en lugar de ello solo abrazo a mi amiga con cariño.

—¿Así es como me pagas todos los malditos años que te mantuve? ¡Eres una desconsiderada! —grita el señor Argon a Cristhi mientras los oficiales se lo llevan—¡Siempre te vas a acordar de mí ¡Lo harás y te arrepentirás! ¡Te lo juro maldita sea, te lo juro!

Cristhi no deja de llorar desconsoladamente mientras mamá y yo la abrazamos y papá mira con un increíble odio al señor Argon.

—No puedo creer que haya llamado amigo a una escoria como esa—dice entre dientes.

El día que lo supo todo estaba increíblemente sorprendido y molesto, el señor Argon jamás fue cariñoso con su esposa, pero tampoco la trataba de la manera en la que usualmente lo hacía frente a los demás, por lo que mis padres no sospechaban nada.

Cris y yo nos sentíamos un poco culpables por no decir nada antes, Cris por miedo y yo porque se lo había prometido, creí que con sacarla de su casa cuando sus padres estaban era suficiente, lamentaba en el alma no haberle dicho nada a mis padres.

—Saquemos a Cris de aquí, por favor...—suplico al sentirla temblar.

Papá asientes y toma a mi amiga de los hombros, mientras mamá la toma de la mano y yo camino por delante de ellos, no volteamos ni una sola vez, no vemos a la señora Argon.

Mis padres ya habían hablado con ella y tras ese día quería irse a algún otro lugar, no quería ni podía ver a su hija en un tiempo, mamá estaba un poco molesta, pero igualmente era su amiga y le brindo toda la ayuda necesaria, no sabíamos a donde iría ni que haría, pero mamá dijo que estaría bien, por lo que Cris estaba tranquila.

Al salir nos vemos interrumpidos por un grupo enorme de reporteros, flashes, gritos y empujones es todo lo que recibimos.

Pero solo es necesario un movimiento de mi padre para que varios hombres de seguridad se acerquen y comiencen a apartarlos, nos abrimos paso y entramos a una camioneta, pronto el chofer arranca y dejamos atrás a esos idiotas.

Avanzamos por varios minutos hasta que los de seguridad a quienes rara vez vemos, ya que solo son requeridos para viajes o casos muy importantes y serios, avisan a papá que hay reporteros en la casa y que es imposible entrar.

—¿Y ahora? —dice mamá sin dejar de abrazar a Cris.

Mis padres y yo nos miramos y puedo jurar que tenemos la misma idea, papá se acerca al chofer y da la nueva dirección.

Cuando regresa a su lugar permanecemos en silencio, solo los sonidos y llanto de mi amiga es lo único que se escucha, ninguno intenta consolarla ni hablar, su presencia es suficiente y le dejan llorar todo lo que necesita.

—¿Mi madre me odia? —cuestiona entre lágrimas.

—No cariño, no lo hace—responde mamá, besando su cabeza—quiere recuperarse por completo y estar bien solo por ustedes, necesita tiempo a solas, pero no dudes de su amor por ambos.

Y ello parece recordarle a Derek.

—Mi hermano me va a odiar—agranda los ojos y vuelve a llorar.

—Sabes que lo entenderá todo y que jamás te odiaría—la detengo.

Asiente mientras sonríe y vuelve a acomodarse entre los brazos de mamá, por lo que nadie dice nada del chico que aún no sabe lo que está pasando con su familia. Lo intentamos contactar con anterioridad, pero no lo encontramos y después la señora Argon pidió que no interviniéramos, que quería decírselo ella misma por lo que solo teníamos que esperar para tener respuestas de Derek.

Obsesión fatal. ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora