|Capítulo 09|

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Domingo 31/marzo/2019


A casi solo un mes desde lo ocurrido en el club y más de un mes desde que conocimos a Ryan, a semanas del problema con la prensa y a tantas cosas más estábamos en el nuevo departamento.

La mudanza por fin se había terminado, ya todo estaba en su lugar y solo queríamos descansar ya que al siguiente día tendríamos clases y por la tarde comenzaríamos con nuestro trabajo a medio tiempo en la empresa de mi padre.

El lugar es tremendamente genial gracias a Cris quien es toda una experta en diseños por lo que sigo absorbida observando todo a mi alrededor mientras abrazo a mis padres y escucho a Cris agradecer por todo mientras llora y se aferra a mi madre.

—Dejen de crecer por favor—susurra papá quien ha sido contagiado por las lágrimas de Cris y ahora lucha por no llorar.

—Si pudiera evitarlo, lo haría—digo sincera.

—Nuestras niñas ya son todas unas mujeres—dice mamá—unas mujeres de quienes nos sentimos profundamente orgullosos y a quienes admiramos un montón—juega con el cabello de mi amiga.

—Saben que solo estamos a una llamada, a unos kilómetros—nos recuerda papá.

—Igual las veremos más seguido ahora en la empresa cariño—le recuerda mamá.

—Gaby, cariño, déjame ser un poco dramático—ríe haciéndonos carcajear.

Nos sentamos todos juntos en la sala y comenzamos a intercambiar palabras, pero cada vez que mis padres mencionan a Derek, Cris y yo reaccionamos de la misma manera, ambas estamos aún preocupadas de no tener noticias de él por lo que es difícil escuchar su nombre.

—Él está bien—dice mamá—no puedo asegurarlo, pero sé que está bien, mi corazón de madre me lo dice—sonríe de lado—no es mucho, ni tampoco confiable, pero es lo que puedo ofrecerles—murmura.

—Es lo más confiable del mundo cariño—la tranquiliza papá—el corazón de una madre nunca se equivoca—besa su mejilla.

—Lo seguimos buscando, pronto sabremos de él—tranquiliza una vez más mamá.

Ambas asentimos y lo dejamos pasar mientras continuamos hablando de otras cosas antes de que decidan que es momento de marcharse.

—Las veré en la empresa mis niñas—dice papá mientras nos abraza una vez más.

—Cuídense mucho, pórtense bien, no hagan tonterías y por favor Cristhina—le sonríe mamá—por favor no te acerques a la cocina—finaliza haciendo que ella haga un puchero y los restantes riamos a carcajadas.

—Es por el bien de ambas—asiente papá.

—Solo ayuda a Mich en lo que necesite o definitivamente pidan comida por línea—finaliza ella.

—Está bien, ya, no me acercare a la cocina a menos que Mich esté cerca—alza las manos rendida.

Y un abrazo grupal es lo último que hacemos antes de que nos despidamos con bastante dificultad, mis padres quienes han cuidado de ambas desde siempre, quienes son una pieza fundamental en nuestras vidas desaparecen detrás de la puerta

Una vez solas vemos a nuestro alrededor una vez más mientras nos tomamos de las manos, por fin estamos siendo conscientes del hecho de que ahora estamos solas, de que vamos a vivir juntas.

—¿Lista? —cuestiona mientras aprieta mi mano.

—Completamente—asiento con una sonrisa.

Estamos listas para comenzar por nosotras mismas, listas para intentar sobrevivir, listas para una nueva vida juntas.

Obsesión fatal. ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora