|Capítulo 44|

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Miércoles 04/septiembre/2019

Cristhina Argon.

01: 32a.m.

Habíamos llegado a la cabaña en la que Michell estaba encerrada hace solo unos cuantos minutos a varios metros del lugar esperando las ordenes de Rezetti, quien había conseguido planos de la cabaña y observaba con detenimiento mientras trazaba un plan.

Cinco de sus hombres, Madeleine, Derek y yo éramos quienes estábamos presentes.

—Madeleine—señala a la temblorosa chica—te quedaras en la camioneta.

—Pero-

Intenta quejarse, pero sé que en el fondo esta aliviada de no tener que participar en ello más, quiere a Michell a salvo, pero seguro que le duele la situación.

—Muchachos—señala a los suyos—quiero a dos en diferentes puntos alejados de la casa, uno en las camionetas y uno más al otro extremo—les da equipo—aprovecharemos su posición en la sala para estar en posiciones altas y tenerle en mejor posición, cualquier movimiento quiero noticias—señala a sus micrófonos—los tres restantes—mira a los otros—solo hay dos salidas, la principal y la trasera así que quiero a dos en la trasera y a uno en la principal.

—Hay una más—señala Madeleine con un dedo en una zona en los planos en donde no se ve nada más que una pared—no está en los planos porque fue algo de último momento, es una puerta secreta que sale al costado izquierdo y la forma de pasar por allí es estando o llegando al cuarto del sótano—indica—hace mucho que no la usábamos porque se perdieron las llaves, pero no la descartaría.

—Bien—frunce el ceño—entonces te necesitare a ti aquí Argon—le señala a mi hermano—es un lugar complicado y no hay luz así que tendrás que tener cuidado—duda—puedo mandar a alguien más aquí—se piensa.

—No—niega—está bien, dijo que no la usan hace mucho así que hay pocas posibilidades de que intente salir por ahí.

Rezetti acepta para después darle un arma que no duda en tomar, sé que sabe usarlas ya que mi padre le enseño, pero igual me asusta, al final levanto la mirada encontrándome con la de Rezetti.

—Te quedaras en la camioneta.

—No.

—Te quedaras en la camioneta—repite haciéndome apretar los dientes.

Sé que me trajo solo porque le rogué, sabía que no me dejaría participar en lo absoluto, pero igual habría preferido hacer algo más.

—Ambas en camioneta escucharan esto—nos entrega la radio—es de la policía, no estoy seguro de que los hombres de Lisa Sanz hayan cesado así que cualquier cosa tienen que informarnos.

Ello me hace sentir mejor, al menos podre ayudarles un poco.

—¿Todos listos? —asentimos y obedecemos.

Todos comienzan a dispersarse a paso lento antes de que Rezetti se acerque a mí para después sacar un arma pequeña y extendérmela.

—Mak, te presento a la señorita Argon, señorita le presento a mi Makarov PM—susurra cuando la tomo entre mis manos—solo la usara si es necesario, ¿entendido?

Asiento y la recibo con gusto, también se usarlas, pero no tan bien como mi hermano, además de que no lo disfruto en lo absoluto por lo que seguramente no la usare, pero igual agradezco la confianza de Rezetti.

Y esta vez sí todos desaparecen.

Veo como el hombre que se quedó con nosotras se las arregla para subirse a un árbol y buscar posición para después perder por completo a los restantes a quienes solo escucho por los micrófonos.

Obsesión fatal. ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora