|Capítulo 27|

4.3K 240 23
                                    

Martes 06/agosto/2019


Camino a un lado de mi amiga mientras intento reprimir mi sonrisa al ver a los chicos salir juntos de la universidad.

—Ya sé que estas entusiasmada por irte con mi hermano, pero por favor finge un poco de interés en lo que digo—hace un puchero Cristhi.

—Lo siento—agacho la mirada.

—No sé quién tiene más suerte, si mi hermano porque saldrá con mi mejor amiga o mi mejor amiga porque saldrá con mi hermano—me hace reír antes de que se torne un poco seria—la situación no es justa—dice mientras ve entre su hermano y yo.

—¿De qué hablas? —intento saber.

—Ya no me podrás dar detalles—hace un puchero.

—¿Por qué no? —frunzo el ceño.

—No quiero saber qué haces y dejas de hacer con mi hermano, que asco—saca la lengua.

Me carcajeo incluso cuando Derek y los chicos ya están con nosotras bastante confundidos por mis risas y las expresiones de gracia de Cristhi.

—No sé qué está pasando aquí, pero cuéntenme para que pueda reírme con ustedes—dice Devon posando un brazo sobre los hombros de Cris.

—Le estaba diciendo...

—Cállate—le pido tapando su boca, logrando que lama mi palma—Iugh, ¡Qué asco, Cristhina! —retiro mi mano haciendo una mueca.

—Dejen de jugar niñas—ríe Derek, posicionándose frente a mí haciendo que me concentre en él.

—Holson, nos debes unas bebidas por dejar que Derek se vaya más temprano y no ayude con el club—señala Samuel, el capitán del equipo con reproche.

—Lo prometo—alzo la palma con una sonrisa.

—¿A dónde me van a llevar ustedes? —dice mi amiga a los dos chicos.

—¿Llevarte de qué? —ríe Devon—tú también tienes trabajo que hacer con tu equipo—la intenta arrastrar de regreso a las instalaciones.

—¡No, por favor! —dramatiza, volteando a verme—¡Michell, ayuda! —hace pucheros y grita.

—Adiós querida—rio mientras la veo alejarse.

—La llevaremos a su departamento al terminar—dice Samuel al comenzar a caminar.

—¡Me avisas cualquier cosa! —pide Derek a lo que el chico asiente.

Entonces cuando estamos solos, el chico parece recordar por qué estamos juntos y su sonrojo es tan increíblemente lindo que desvió la mirada para darme cuenta de que estoy apretando ligeramente mi muñeca.

—Aun lo haces—señala.

—Sí, lo siento—digo nerviosa, alejando mis manos de inmediato.

—¿Por qué te disculpas? —ríe, tomando mi mano para dirigirme a su camioneta, donde tras sonarla, abre la puerta de copiloto—aunque en realidad eso también lo hacías—me ayuda a subir para después quedarse de pie, sonriéndome con la puerta abierta—siempre he creído que eso te hacia ver realmente linda, eras muy fácil de leer y cuando lo descubríamos te disculpabas apenada—me hace recordar—no hay por lo que apenarse, al contrario, es bastante lindo que seas capaz de expresar lo que sientes al momento con una sola acción—desvía la mirada al darse cuenta de mi sonrisa—en fin, solo... vámonos—ríe antes de cerrar la puerta y rodear su camioneta.

Creo que está bien volver a mis malos, no tan malos hábitos.

La película que hemos visto ha sido tan graciosa e impredecible que aún seguimos comentándola mientras comemos Nuggets de pollo con puré de papa, algo que hace mucho no comía a causa de dietas estúpidas que algunas veces intente seguir.

Obsesión fatal. ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora