|Capítulo 50|

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Lunes 30/septiembre/2019

03:39 p.m.

Han pasado ya dos semanas desde que fui dada de alta y casi un mes desde que he salido de ese lugar, y ahora mismo solo estoy lidiando con el rostro divertido de mi psicóloga que hace muecas mientras lee la información que le he pedido.

—Tus padres me mataran—dice sin mirarme haciendo una mueca más.

—Ya soy mayor, puedo tomar mis propias decisiones—le aclaro a lo que sonríe.

Continúa leyendo por unos minutos más, asiente y comienza a imprimir los documentos, ella se queda con algunos y me da solo una hoja algo dudosa.

—¿Estas realmente segura de esto? —cuestiona ganándose un asentimiento de mi parte, suspira una vez más antes de soltar las hojas.

Ella misma me lo había propuesto, pero jamás creyó que aceptaría y mucho menos tan rápido.

—Estoy lista—me susurro sabiendo que Claudia me ha escuchado.

—Me has convencido a mí, ahora inténtalo con tu familia—dice retadora.

Pienso en ellos, seguro se van a infartar cuando lo sepan.

Agradezco una vez más antes de salir y hacer cita para mi próxima visita mientras sonrió mirando alrededor, todo esto en serio me ha sido de ayuda, solo han sido unas semanas, pero gracias a ella he logrado dejar de sentir asco por mi cuerpo, he logrado saludar y entablar conversación con alguien más fuera de mi familia, ya que después de lo sucedido cuando una persona intentaba hablarme me quedaba de piedra sintiendo mucho miedo, he logrado disminuir las pesadillas, he logrado sonreír nuevamente de manera real.

Estoy comenzando a vivir nuevamente.

Ella también se encargó de atender a mi familia, todos hemos hecho progresos sorprendentes de los que nos sentimos orgullosos.

Lo único en lo que yo sigo trabajando es en el arte, que por más que lo intento, cuando me acerco al lienzo con pincel en manos, me estremezco, me paralizo, la magia no surge, es como si mi amor por el arte se hubiera extinguido.

También he comenzado a disminuir mi obsesión a tener todo perfectamente planeado, según Claudia cuando Ryan me secuestro y altero mis planes, mis objetivos, reglas y seguridades yo me desestabilice y ello quedo en completo segundo plano.

Así como he dejado de tocar mis muñecas para siempre.

El dolor y ardor que sentía cada vez que lo hacía en esa cabaña me obligo a dejar de hacerlo.

—¿Regresaras a la universidad pronto? —cuestiona la recepcionista.

—No en realidad—niego con tristeza—mi mejor amiga, su hermano y yo nos atrasamos bastante en clases y hemos decidido posponer este año y retomarlo el siguiente—me encojo de hombros.

—Entiendo—asiente al terminar el tramite—buena suerte, nos vemos en unos días—me regala una sonrisa antes de despedirse.


05:00p.m

Entro a casa seguida de la chica que me ha acompañado los últimos días como guardia de seguridad apartando un globo con una mano mientras sostengo las rosas en la otra.

Saludo a los pocos invitados que están aquí por el cumpleaños de mamá.

Tras saludar a todos y abrazar a mamá subo al segundo piso, entro a la que era mi habitación y saco la hoja doblada de mi bolso, para repasarla unas cuantas veces antes de dejarla y atender a los gritos de Cristhi quien está en la cocina.

Obsesión fatal. ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora