HUSBAND | Jeon Jungkook

parte 24.

Daeyoon en multimedia
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Mi lengua entro en contacto con la suya-esta vez por maniobra mia- un beso francés debía ser por parte de ambos, mientras movíamos nuestros labios YoonGi demanda mas el beso, dejándome sin aire, el llevaba el ritmo y yo trataba de seguirlo; él volvió a introducir su lengua para rodear la mía.

No era nuestro primer beso francés pero esto esta llegando a otro nivel.

Inclinó mi cabeza para atrás, dejándonos llevar por la increíble sensación extraña- tal vez solo para mi-, a mitad del beso YoonGi posiciono sus manos en mi cadera, movió mi cuerpo y mi espalda choco con la pared. Haber puesto mis manos en su cabello sedoso y tenerlo tan cerca me estaba volviendo loca.

Esta es la primera vez que se que se siente cuando se te elevan las hormonas.

No me importo cuando sus manos viajaron sobre mis piernas, estaba consciente del todo, pero la sensaciones que el me estaba causando fue cuando deje de darle importancia si estábamos apunto de perder la cordura.

No era una posición cómoda, traer falda hacía que me diera algo de miedo, a parte Kook tiene un fetiche con el color «rosa» en mi.

Sus manos viajaron hasta mi trasero, por primera vez en mi vida YoonGi había logrado despertar el deseo y anhelo por encima de mi corta falda, ¿Era solo por que se trataba de ser el o a sí se sienten todas las personas inexpertas?.

No pude evitar sentirme exitada cuando el se separo de mis labios, me miraba fijamente como si tratara de no desperdiciar ningún segundo, seria una mentirosa si digo que los nervios son un obstáculo para mi al igual que mis piernas temblorosas por tener aún sus manos en mi traseo.

Dejo pequeños besos humedos en mis labios, mejillas y parte de la mandíbula. Sufri un estremecimiento al sentir como besaba distintas partes de mi cuello, logre perderme en el olor de su fragancia, seguía siendo el mismo aroma que desprendía de la chaqueta que me regalo aquel día en la para del autobús.

Cuando mordió una zona tan sensible como mi cuello, no pude eludir un pequeño gemido. Mis mejillas se tornaron carmesí, había gemido en el oído de mi novio.

Siguió mordisqueando a su antojo sin piedad, apreté mis labios para no soltar más gemidos. Había leído que las personas tienen lugares donde se sienten más sensibles, creo que mi cuello es mi punto débil.

La cama quedaba tan cerca, el se sentó sin distraerse de su trabajo y yo sobre sus piernas. Mis labios ardían por las veces constantes que me mordió incluso para mi era doloroso tener que estar apretando mis labios para no dejar escapar nada.

Sabía perfectamente que era ese bulto que sentía mi trasero, podía sentirlo-ya no tenía sus manos en mi trasero desde que nos sentamos- una ereccion en un chicho es algo que jamás había visto, de igual forma, se que esto duele demasiado si dejas con ganas a la persona.

—¿Pasa algo?—Pregunto confuso cuando por ende quite mi cuello de su boca haciendo para atrás.

—N-no, nada.

—No quieres, ¿qué pase eso?

Me sentía una completa ilusa.—Sólo me siento extraña, soy solo una inexperta y realmente me está dando pánico.

—No voy a continuar si no quieres, jamás te lastimaría.

La sinceridad con la que habla realmente no me ayudo en nada, creo que entendió que quería que lo dejáramos hasta aquí y dejarlo para después.

Pero mi decisión no era esa.

Tome sus hombros aún con miedo, lo vi directo a los ojos, demonios, también esta algo sonrojado y apenado.

No corte nuestro contacto visual y comencé a mover mis caderas hacía delante y hacía atrás atrás, con el movimiento más parsimonioso del mundo.

Al tener una falda algo corta, podía sentir el contacto directo que tenía sobre su pene, creí que esto «aliviaría» lo poco o mucho exitado que estuviera pero creo que fue lo contrario, pero aún así el cerro sus ojos dejándose llevar por mis movimientos lentos sobre su pantalón.

—Ah, mierda D-dae—gimoteó—Sigue por favor—Murmuró perdiendo el aliento, ¿entonces le estaba gustando? ¿Lo estaba haciendo bien?.

Dije que soy inexperta, pero mi gran amigo-en su adolescencia- era un amante del porno, y yo, solía ver con el ese tipo de películas y videos.

Gracias a dios, se como vienen los bebes a este mundo.

Nuestras partes se sentían tan sensibles, siguió mordiendo mi cuello a su merced, estirando mi piel y succionando, algunos gemidos tuve que ahogaros.

No quería parecer una desesperada.

—T-tengo que volver a casa.

La idea de perder mi virginidad, en este lugar, no era de mi total agrado.

Me siento una prostituta, ellas vienen a estos lugares tan comunes para complacer a sus clientes.

Se me hace poco romántico.

—Jeon no va a enterarse.

Seguimos con algunos besos más, el llevaba el control de ello.

Se que tenemos poco de tener algo, pero creo que ya no es mal visto esto, el tiempo de ser «novios» no está influyendo en la intimidad.

—N-no quiero terminar con un hijo.—Hable entre besos—¿Podemos dejar esto para después?

—Tengamos una niña ¿Te parece?.

—Estas loco.

Vi que esbozo una pequeña sonrisa coqueta—Vamos a formar una familia....

—
Alta vergüenza que me da pero bueno.

Próximo viernes actualización.