HUSBAND | Jeon Jungkook

Parte 34.

Me vi obligada a hacerme un ultrasonido despues de tomar un vuelo de regreso a mi ciudad natal. Pase a una clínica lejos donde alguien pudiera reconocerme . Ya tenía un poco más de un mes-incluso mi cumpleaños número veintidós ya había pasado-.

Apenas mi abdomen se veía algo abultado, como si estuviese en mis días.

—El señor Jeon dice que ya puede ingresar.

Guarde aquella ecografia en mi mochila cuando una de las tantas empleadas me dejo pasar a su casa, no usaba tacones, traía ropa de una adolescente normal.

Leí que las mujeres embarazadas no pueden usar ciertas cosas por el bien de su bebé, realmente no me importa el estado en que este feto se encuentre pero no quería desangrarme frente a todos y que se enteren que ya no era virgen.

No he cambiado de opinión en absoluto.

—La boda es mañana, ¿no estas celosa?—el no cambia en absoluto.

—Tengo la mente ocupada en muchas cosas.

—¿Cosas como qué ?

Formas de asesinar a un feto de forma natural y efectiva—las flores, arreglos, ayudar a Eun con su vestido.

—Admiro tu valentía para soportar todo tu sola.

—Gracias por tu alago Jeon.

—Antes que hablemos de la boda te invito un café.

No dije que no, de todas formas tenía que estar pegada a el todo lo que resta del día hasta estar segura que no falta ningún detalle.

Habrán muchos medios.

Salimos y yo no dije nada cuando entre a su auto, yo iba del lado del copiloto mirando mi reflejo en el retrovisor.

—Te noto diferente Dael—hablo sin despegar la vista del camino—¿en qué tanto piensas?

—En algo que no puedo decirte.

—Ya veo...¿ahora qué ocultas?

Una desgracia, eso es todo—nada importante que te incumba.

—¿Has comido bien?, estás más pálida de lo normal.

Benditos cambios físicos—valla, ¿acaso te preocupo?

—Solo un poco, no quiero que pasen incidentes en el día más importante de mi vida.

Llegamos al café después de unos minutos, agradezco a dios que no esté sufriendo de malestares en estos días.

—¿Qué quieres ordenar Dael?

—Solo un café cargado sin azúcar.

Lo mire mal y fui a tomar asiento con vista a la ventana, el estilo moderno de la cafetería era agradable para tomar tus bebidas y disfrutar del ambiente. Regreso a los pocos minutos con una bandeja y galletas para acompañar, no entendía el motivo de su sonrisa.

—Jamás creí que estuviéramos en esta situación—tomo un sorbo por el popote de su café—siendo sincero, me siento extraño al saber que estarás en mi boda.