Parte 36.

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...

Este año cumplí veintitrés años.

Hablar de un año y-casi-medio año es aburrido. Adaptarse a tu antigua vida como adolescente, raíces y sobre todo desvelarse entregando proyectos.

Entre a la universidad  después de regresar a Nueva Zelanda, tenía la preparatoria terminada-solo por linea-pero por un tiempo me pude dar el lujo de regresar a la vida de una estudiante pero fracase.

El estudio no es lo mio.

—Gracias—di una pequeña propina a los señores que acomodaron todo en mi nueva residencia, vivir en Busan será complicado.

Noviembre, un mes frío y nada de días soleados. ¡Son vacaciones! pero aún así tengo trabajos como revisar la correspondencia, invitaciones, el vestido de novia.

Mi boda es en Enero, pero puedo darme ciertos lujos antes de casarme. SeHun es comprensible y acepta mis decisiones.

—¡Ya tengo las bolitas de arroz!—Taehyung se convirtió en mi secretario, renunció en la luna de miel de Jeon-a escondidas-para no verlo y desde allí ninguno ha hablado.

Creo que arruine su amistad.

—Bien, tu iras solo.

—Iremos.

—No quiero conocer a los vecinos, tengo que terminar unos bocetos.

Cerro la puerta y me llevo arrastrando dos cuadras, nunca di la cara a los vecinos-vivir alejada de mis raíces me hizo olvidar como es la cultura asiática-era una colonia normal, hogares no tan lujosos pero normales.

—Ya hay que irnos—hable.

—Esta es la última...amargada.

Camine sin reproches, algo agotada con la mudanza, el viaje de diecisiete horas y con un Taehyung infantil y hablanchín en los momentos mas serios. Toco el timbre de aquella puerta de madera, una casa bastante pequeña de dos pisos para la persona que viva allí.

—¡Hola mi nombre es Kim Taehyung! y aquella que vez con cabello de maíz es mi jefa gruñona—me imagine su risa extraña pero no mire a quien sea que abrió la puerta.

—¡Mucho gusto mi nombre es SoJin!

Una voz demasiado dulce, empalagosa, infantil, rara, divertida zumbo en mi cabeza.

Creo que los vecinos son extraños.

Otra voz ronca se escucho desde lejos llamándola cariñosamente, me recargue en el marco de la puerta cerrando mis ojos y cruzando mis brazos, necesitaba dormir.

Las pisadas fueron lentas, hubo un silencio hasta que las manos de Taehyung comenzaron a darme palmaditas en mi hombro—déjame dormir solo cinco minutos—los golpes se convirtieron en pellizcos pero no me importo hasta que jalo de mi brazo y casi consigue tirarme, sus manos fueron a mi cintura y controlo mi equilibrio.

—E-el...

—Taehyung, los fantasmas no existen quita esa cara.

Aun seguía sosteniéndome, aquel ángulo lo hacia ver gracioso a pesar de que su rostro esté perfectamente simétrico. Su mano apachurro mis mejillas obligando a girar y ver lo que tanto lo petrificaba.

HUSBAND | Jeon JungkookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora