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Narrador omnisciente.

Otro día de escuela, y Seoyeon se había despertado un poco mas temprano de normal porque tenía que acomodar su casa —y habitación, principal— para cuando hoy vaya Jimin para hacer el trabajo juntos.

Seoyeon bajó las escaleras con dirección a la cocina, en donde encontró una nota de su padre diciendo que hoy volvería un poco mas tarde a su casa porque haría hora extras en el trabajo. Ella suspiró y dejó el papel en donde estaba antes.

Desayuno rápidamente para llegar a la escuela temprano. Era el el segundo día de clase y no quería llegar tarde. Agarró sus cosas y se fue de casa.

Por otro lado, Jimin ya se encontraba en la escuela hablando con sus amigos sobre la apuesta que NamJoon había nombrado el día anterior.

—Jimin ya tiene ventaja— dijo Nam, poniendo su mano en el hombro del chico.

—¿Por qué?— preguntó Jungkook. Él no estaba en su misma clase de historia, así que no sabía que pasaba.

—Jimin trabajará con ella— dijo Nam, con una sonrisa.

—Yo que ustedes, me voy riendiendo y voy dejando a Jimin con ella. Además, no hacen mala pareja juntos— dijo Jin, subiendo sus cejas, sonriendo.

—No hacemos linda pareja— dijo Jimin, mirando a la chica que pasaba por su lado, sonriendo tímidamente.

—Sí, lo hacen— dijo Hobi, justo cuando tocó el timbre para ir clases. Hoy tocaba Literatura.

Hoy Jimin comenzaría con la apuesta, una vez que estén en la casa de Seo.

Él llego al salón, todas las chicas tenian su mirada fija en Jimin. Suspiraban o hablaban de él, pero Seoyeon miraba del lado de la ventana, viendo como el grupo de chicos jugaba fútbol en el campus. Jimin la vio sola y se sentó a lado ella, sin preguntarle.

Seoyeon giró rápidamente su cabeza para ver quien era, se dio cuenta de que era Jimin, el chico que la había ayudado a llegar a la dirección ayer.

—Hola— saludó él, poniendo su cara en su mano, que estaba apoyada en su codo.

—Hola— ella saludó en un murmuro.

—La otra vez quise preguntar, pero me olvidé ¿cuál es tu nombre?— sonrió Jimin.

—Seoyeon— respondió ella, mirándolo.

—Lindo nombre— asintió él.

—Gracias— respondió ella mirando, hacía otra parte. Se había sonrojado con el comentario del chico.

—Yo soy Jimin, el chico que las chicas adoran— se presentó él, con una sonrisa divertida. Seo soltó una risa, mientras asentía.

La profesora de Literatura había entrado al salón y todos sacaron sus materiales, y que quedaron en silencio mientras ella explicaba. Algunos le tenían un poco de miedo a esa profesora.

—¿Eres la alumna nueva?— preguntó la profesora dirigiéndose a Seoyeon.

—Sí— respondió ella.

—¿Cómo te llamas?— Preguntó la profesora cruzada de brazos.

—Go Seoyeon— dijo ella.

—Muy bien— dijo dándose la vuelta para mirar al pizarrón —Empecemos.

(...)

Luego de el almuerzo escolar junto a Yuna, la jornada había terminado —por hoy— para todos los alumnos. Seoyeon se fue a esperar a Jimin a la puerta de entrada de la escuela. Él llegó un rato luego de saludar a sus amigos.

—¿Vamos?— preguntó ella.

—Sí— respondió el.

Los dos empezaron a caminara por la calle, en silencio, había algunos sonidos del viento y aves a su alrededor. Ella estaba un poco incómoda y él estaba pensando en un tema para hablar y hacer que la chica se enamore de él. Eso es muy próximo, pensó él, empecemos por ser amigos.

—¿Cuantos años tienes?— preguntó Jimin, con sus manos en los bolsillos.

—Dieciséis— respondió Seo —Y ¿tu?— preguntó.

—Diecisiete— respondió —¿Eres de aquí?— preguntó Jimin, le habia parecido un poco raro el acento de la chica, sabía que no era de Seúl, al igual que él.

—Soy de Daegu— respondió ella, sonriendo tímidamente.

—Yo soy de Busan— dijo el.

Siguieron hablando asi hasta llegar a la casa de Seoyeon. Ella abrió la puerta esperando escuchar a su padre, pero el todavía no había llegado. Seoyeon dejo sus cosas en el sofá y le dijo a Jimin qie hiciera los mismo.

—Ya vuelvo— avisó Seo. Ella fue a su habitación a buscar sus cosas para estudiar, también sacó su ropa del uniforme para ponerse una mas cómoda.

Bajó las escaleras con sus útiles en manos y ya sin el uniforme puesto.

Jimin estaba sentado en el sillón tecleando su teléfono, hablando con sus amigos. Cuando escuchó los paso de Seoyeon en la sala, dejó su teléfono para verla. No podía creer lo que estaba viendo: era Seoyeon vestida con una camisa con tirantes y un short, que no era corto. Ante los ojos de Jimin se veía preciosa.

—¿Empezamos?— preguntó ella, sacando a Jimin de su trance, él asintió.

Editado: 03/05/2021.

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