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Narra Seoyeon.

Quinto día.

Mis planes del día de hoy eran llevar a Jimin a un bosque un poco lejos de la ciudad —pero dentro de Daegu—, pero es muy lindo y, además, teníamos que aprovechar el clima. En la vuelta, después del bosque, quería llevarlo a una de las cafeterías más conocidas de Daegu.

Me levanté de la cama haciendo el menor ruido posible porque no quería despertar a Jimin, no todavía. Me bañé rápido y me cambié. Como en el día de hoy hace frío, me vestí con un jean, una remera manga larga negra —metida dentro del pantalón— y medias.

Jimin estaba acostado boca a bajo con su cara apoyada en su almohada y la boca abierta. Me acerqué a la cama y me volví a acostar a su lado para despertarlo.

—Mi amor, despierta— dije acariciando el cabello rosa de Jimin.

—¿Qué pasa?— preguntó abrazandome.

—Hay que levantarnos— acaricié su mejilla.

—Ayer me hiciste quedarme hasta muy tarde mirando esa serie— susurró con los ojos cerrados.

—Esta bien, sigue durmiendo— susurré. Traté de lavantarme, pero no pude.

—Quédate conmigo— dijo.

—Esta bien— respondí. Volví a cerra mis ojos abrazando a Jimin por los hombros. Puse mi mano en su nuca y, con mis uñas, empecé a masajear su nuca.

(...)

Narra Jimin.

Me desperté, por segunda vez, sintiendo un cuerpo cerca mio, era Seo vestida. Levanté mí mano y acaricié su mejilla. Me acosté encima de ella. Yo sabía que no le pesaba mucho.

—Jimin, ¿qué haces?— preguntó con sus ojos cerrados.

—Te despierto— respondí besando su cara.

—Para— murmuró soltando pequeñas risas. Tomé su cara entre mis manos y besé su boca repetidas veces.

—Te amo— susurré cuando me separé.

—Yo también te amo— dijo sonriendo —Pero nos tenemos que levantar y tu tienes que cambiarte— dijo apoyandose en sus codos. Yo la abracé por la espalda.

—¿A donde me llevarás hoy?— pregunté mirándola sin terminar el abrazo.

—Hoy te llevaré a un bosque y a una de las mejores cafeterías— explicó tratando de levantarse —Jimin, necesito que te muevas— apoyó sus manos en mis hombros tirando de mi hacía atrás, mientras reía.

—Esta bien— me hice a un lado para que Seo pudiera levantarse de la cama.

Yo también me levanté y me dirigí al baño para ducharme y cambiarme allí. Podría decirse que me vestí casi igual que Seo, pero la diferencia era que la bota del jean era ancha así que tuve que arremangar esa parte.  

—¿No somos adorables? ¡Estamos iguales!— exclamó ella dando pequeños saltos.

—Sí, que lo somos— me puse frente al espejo para ver mi atuendo. Detrás mío, sentí dos brazos rodearme, sonreí ante esa acción. Me di vuelta y pasé los míos por sus hombros —¿Estás bien? Estás demasiado cariñosa— bromeé. Me encantaba decirle esas cosas porque ella, en broma, se ofendía y dejaba de abrazarme, o cualquier cosa. 

¿Por qué?→𝐏. 𝐉𝐈𝐌𝐈𝐍 [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora