¿Por qué?→𝐏. 𝐉𝐈𝐌𝐈𝐍 [✓]

005

Narra Seoyeon.

Me desperté como todos los días: cansada y con ganas de volver a dormir. Pero hoy con una sensación extraña: estoy tranquila pero, también, un poco ¿feliz?. El beso de Jimin y mío, no salía de mi cabeza. No sabía si había significado algo o no. Había llegado a la escuela hace unos días —todavia ni un mes pasó— y ya besé a un chico.

Salí de casa y emprendí mí camino hacia la escuela. Recibí un mensaje de Yuna, diciendo que me esperaba en la puerta de la escuela para ingresar juntas. Cuando llegué, estaba el grupo de los chicos mas populares de la escuela.

Ahí estaba Jimin.

Sentí como tiranan de mi brazo, sacándome de mis pensamientos. Me di vuelta y me encontré a mí nueva amiga rubia enredando su brazo con el mío. 

—¿Qué pasa?— pregunté.

—Nada, solo no quería estar sola, ¿y que mejor que estar con tu nueva amiga?— me respondió sonriendo. Yuna tiró de mí brazo para entrar a clases.

Después de clases, el brazo me dolería. Yuna no paraba de tirar de él.

Narra Jimin.

Cuando llegué a la escuela, lo primero que hice fue buscar a mis amigos para hablar con ellos sobre mí día de ayer con Seo. Después del días de ayer, me pregunté —cuando volvía a casa— si la había incomodado demasiado. Digo, había sido todo muy rápido.

—Hola— los saludé cuando los vi.

—Hola— me saludaron, y chocamos los puños.

—Tengo noticias— anuncié, con una sonrisa.

—¿Que pasó?— preguntó Jin, frunciendo el ceño.

—Ayer besé a Seoyeon— sonreí, triunfante —Así que, ya se pueden ir rindiendo ustedes— me encogí de hombros.

—¿Como es que ya la besaste? ¡Apenas la conoces!— exclamó Jin.

—Ayer en su casa.

—¿Fuiste a su casa?— preguntó Jungkook.

Muchas preguntas.

—Sí, teníamos que hacer un trabajo de Historia. Luego, ella se levantó del sofá, fue a la cocina, y, ¡bum!, la besé ahí— expliqué, con mí manos en los bolsillos.

—¿Te respondió?— preguntó Tae, con los ojos abiertos como platos.

—Al principio sólo se quedó quieta, después me respondió el beso— sonreí.

(...)

Narrador omnisciente.

Luego de la primera hora clase, tocó el timbre para ir al receso —el primero de tres—, Jimin fue en busca de la chica para hablar con ella y progresar con la apuesta. Después de caminar un rato por todos los pasillos, la encontró charlando con Yuna en los casilleros. Se acercó a ellas.

—Yuna, te la voy a sacar un momento— dijo Jimin, refiriéndose a Seoyeon, que estaba pidiéndole a Yuna con la mirada que no la deje sola.

—Sí, esta bien— asintió la chica rubia, sonriendo.

Seoyeon fue arrastrada del brazo por Jimin. Cuando llegaron al patio, Jimin soltó su brazo y se paró frente a ella.

—Hola— él la saludó con una sonrisa.

—Hola— Seoyeon bajó un momento su cabeza, con las mejillas sonrojadas, y luego la subió para sonreírle a Jimin. 

—Queria disculparme por lo del beso. Creo que fue todo rápido. Ayer...— empezó a hablar Jimin, pero fue interrumpido por la chica.

—Oh, no te preocupes— dijo ella agitando sus manos, con una sonrisa.

Con eso que había dicho Seoyeon, Jimin pensó en la posibilidad de que le había gustado el beso, tal vez. Eso era un ventaja para él —si es que era como Jimin pensaba—. Y la verdad, es que a la chica le gustó. Le pareció lindo, pero había sido muy rápido.

—¿Quieres dar una vuelta en lo que dura el receso?— preguntó Jimin y ella asintió.

Narra Jimin.

Los dos nos encontrábamos caminando por el patio de la escuela hasta llegar al campo de entrenamiento. Hablábamos de cualquier cosa: sobre dónde éramos, que hacíamos en nuestro tiempo libre… ella era muy interesante y graciosa —y teníamos varias cosas en común—. Me había hablado sobre muchas cosas de su anterior escuela.

En un momento, aparecieron los chicos, nos saludaron a Seoyeon y a mi. Namjoon me pegó, discretamente, un codazo en las costillas. Lo miré y los dos asentimos. Era sobre la apuesta, le dije que todo estaba yendo muy bien con la mirada, pero luego se lo diría con palabras.

(...)

La escuela ya había terminado, mis amigos y yo nos encontrabamos en la puerta de entrada, Seoyeon estaba con nosotros. Después de nuestra vuelta en el receso, la invité a que esté con nosotros.

—Bueno, chicos, me tengo que ir— anunció ella, guardando su celular en su bolsillo.

—Te acompaño— avisé.

—Esta bien— asintió.

—¡Adiós!— saludamos Seo y yo, moviendo la mano.

Ella y yo empezamos a caminar por las veredas, en silencio. En la calle, no pasaba ningún auto, así que no había demasiado ruido. Mientras caminabamos, me di la vuelta para verla: Seo estaba mirando hacia al frente y, después, soltó una risita.

—¿Qué pasa?— pregunté, girando mí cabeza para verla.

—Deja de mirarme— sonrió mirando hacia otro lado.

—¿Por qué?— me puse al frente de ella. Seoyeon estaba sonrojada, se veía adorable.

—Me pones nerviosa— soltó una risita, bajando su cabeza.

—Sé que soy irresistible— dije con una sonrisa de superioridad.

—¡Basta!— exclamó ella, pegándome en el pecho, mientras reía.

En el camino, ella se sonrojaba por algunas cosas que yo decía y en otras se ponía a reír, y yo también. Llegamos a su casa y me despedí de Seoyeon con un beso en su mejilla, y, luego, seguí mi camino.

Editado: 06/05/2021.