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Narra Seoyeon.

—Seo, despierta— escuché la voz de Alex llamándome, ella movió mi brazo para despertarme.  

—Sí, sí— abrí mis ojos repentinamente y levanté mi rostros de mis brazos.

—Este es el último descanso, después sigue educación física con los chicos— suspiró Taylor, cansada, echando su cabeza hacia atrás. 

—Entonces, vamos. Tenemos que cambiarnos— agarré mi mochila, que estaba en el suelo, y me levanté de mi lugar para ir hacia los vestidores junto a mis amigas.

Éramos la únicas que estaban en los vestidores. Todavía faltaban cinco minutos para que llegaran el resto de las chicas que compartían las clase de gimnasia para cambiarse el uniforme, pero nosotras llegábamos un rato mas temprano para que nuestras cosas no se mezclaran con la de la otras chicas. Luego de cambiar nuestro uniforme por el de educación física, salimos con nuestros bolsos colgados en nuestros hombros, los guardamos en nuestros casilleros, ya que, luego de que terminara la clase con el señor Parker, volveríamos a casa.

—Esta bien, clase— anunció el profesor Parker —Hoy haremos parejas para realizar la parte aeróbica— cuando terminó de hablar, caminé hasta donde estaba Jimin y pasé mis manos por su brazo para llamar su atención. 

—Lamento no haber podido ir a verte en el descanso; tuve que ir a hablar con un profeso— pasó uno de sus brazos por mi hombros.

—No te preocupes. No hace falta que te disculpes— negué con la cabeza, sonriendo. Me estiré en mi lugar y lo besé rápidamente. 

—Vamos a empezar con abdominales: uno de ustedes dos tendrá que sostenerle los tobillos al otro. Busquen un lugar y empiecen— indicó el señor Parker. 

Encontramos un lugar medio alejado de donde estaba el resto de nuestros compañeros, cerca de una de las esquinas del gimnasio. Me arrodillé enfrente de las piernas de Jimin y sostuve sus tobillos. 

—Nena, esta noche, ¿quieres tener una cita?— preguntó Jimin, cuando estuvo a mi altura. Asentí y besé su mejilla. 

—Claro que sí— sonreí y él hizo lo mismo. 

—Es tu turno ahora— me avisó. Cambiamos de posición: ahora era yo quien hacía los abdominales y Jimin sostenía mis talones.

(...)

—Ya no puedo más— dije con la respiración agitada. Me apoyé en mis rodillas para recuperar el aire que había perdido al correr por el campus.

—Vamos, no queda nada— me alentó Jimin. 

Corrimos al rededor de tres vueltas en el campus y esta era la última. Me había recogido el pelo para que no moleste a la hora de correr. Apenas terminamos de recorrer el campus, me senté en el pasto y solté un suspiro cansado. Jimin se sentó a mi lado y yo apoyé mi cabeza en su hombro. Él me ofreció un botella de agua y yo me tomé todo el líquido. 

—Pasaré por ti a las ocho— me avisó Jimin. Se levantó del suelo y me tendió una mano para ayudarme a levantarme del pasto. Me levanté con un poco de fuerza, apoyé mi cabeza en el pecho de Jimin y él pasó sus brazos por mi cintura, acercándome —¿Sabes? Hay muchos chicos mirándote— murmuró en mi oído. Me separé de él para mirarlo. 

¿Por qué?→𝐏. 𝐉𝐈𝐌𝐈𝐍 [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora