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Narra Seoyeon.

En toda esta semana, estuve haciendo muchas cosas antes de que el día de la graduación llegara -o sea, que es hoy-. El lunes de esta semana, me reuní con mis amigas en el centro comercial para comprar nuestro atuendo de hoy para la tarde. Taylor había insistido en que compre un vestido blanco, que me llegaba un poco más abajo de mis rodillas, y tenía volados en las mangas. En un principio, no estaba convencida de comprarlo, pero, después de haberlo probado, me convenció.

En toda la mañana, no pude sacar de mí cabeza que Jimin tenía una sorpresa para mí. Muchas ideas llegaron a mí cabeza, pero me tranquilicé y dejé de pensar en eso por un tiempo para consentrarme en terminar de hacer mis cosas. Bajé las emociones hasta llegar a la escuela, recibir mí diploma y escuchar lo que tenía para decirme.

-¡Papá!- lo llamé, bajando los últimos escalones, con cuidado de no caerme. Traía puesto el vestido que compré con mis amigas y quería saber qué le parecía a papá, ya que nunca se lo había mostrado. En los pies, calzaría unos tacones de aguja blancos, que los dejé en mí habitación.

-¿Qué pasa, hija?- papá preguntó entrando al interior de la casa, había estado en el patio.

-¿Te gusta?

-Estas hermosa, hija. Pero apurate que llegaremos tarde- avisó, señalando la hora en su reloj. Él vestía con una camisa blanca y un pantalón de color negro, al igual que sus zapatos.

-Tu también te ves bien. Espareme que iré a buscar mis tacones- pedí, agarrándome de la barandilla para subir a mí habitación. Agarré mis zapatos y un pequeño bolsos, que lo llevaría únicamente para guardar mí celular. Revisé que no faltara nada más en mí atuendo y volví a bajar las escaleras para ir con papá.

Jimin me había mandado un mensaje diciendo que quería verme antes de que comenzara el evento. Pensaba que, al fin, iba a decirme lo que yo tanto esperaba pero no había demasiado tiempo para hablar entre nosotros porque ya estábamos llegando bastante tarde.

Este año había pasado volando. Parecía ayer que me había enterado de que venía a vivir a otro país con papá. Crucé todo un océano para estar aquí, hice nuevas amigas seguí en contacto con mis amigos y familia de Corea del Sur y Jimin estuvo conmigo en esta última párate del año. ¡Eso fue genial!

-Hija, no estés nerviosa. Cuando estaba apunto de graduarme, tu madre estaba demasiada nerviosa y yo trataba de calmarla pero no podía. Y ella me apretaba la mano todo el tiempo- recordó, sin quitar la mirada del camino, sonriendo.

Llegamos a el campus de la escuela, y mis nervios aumentaron aún mas. Divisé a Jimin hablando con nuestros amigos cerca de donde estaban preparando el escenario. Papá fue a sentarse con los demás padres y yo le avisé que iría con Jimin. Fui a él y lo abrace por la espalda.

-Hola, amor.

-Hola, corazón- sonriendo, se giró hacia a mí y me rodeó el cuerpo con los brazos -¿Estás lista?- preguntó, dejando un beso en mí cabeza.

-Sí, algo nerviosa pero estoy lista- asentí.

-Luego de la ceremonia, te daré la gran noticia, y te pondras muy contenta y dirás: ¡Jimin, eres el mejor novio del mundo!- exclamó, imitando mí voz. Sonreí sarcásticamente antes de hablar.

¿Por qué?→𝐏. 𝐉𝐈𝐌𝐈𝐍 [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora