Narra Seoyeon.
Luego de que la última hora de clases finalizara, Taylor alcanzó mí mochila con mis cosas al campus y me aclaró que le debía una favor ahora, pero ella nunca se saltaría una hora de clases.
Ahora me encontraba con Jimin sujetando mí mano y yo tiraba de la suya para llegar más rápido a casa, ya que tenía demasiada hambre y quería pasar tiempo con mí novio. Por suerte, la tarea que precisaba para mañana ya la tenía completa.
—Hola, papá— lo saludé cuando lo vi, él estaba sentado frente a su computador utilizando sus lentes de leer. Dejé mi mochila en el pequeño armario de la entrada u tiré de la mano de Jimin para subir las escaleras.
—¡Hola, señor Go!— exclamó Jimin, en el transcurso que íbamos para mí habitación.
Cuando cruzamos la puerta de mi habitación, salté a los brazos de Jimin y él me tomó por las piernas para que no nos caigamos —una vez, sin querer, yo me golpeé la espalda y Jimin las rodillas—. Retrocedió hasta llegar al borde de mí cama y se sentó en ella, pasó sus brazos por mí cintura y yo por sus hombros. Se notaba que había pasado mucho tiempo desde la última vez que nos habíamos vistos.
—¿Donde te quedaras este tiempo?— pregunté en su oído. Desde que él llegó, ni siquiera le había preguntado en donde se iba a quedar este tiempo por la emoción que tenía.
—En un departamento cerca de aquí — respondió. Separé mí cabeza de su hombro y Jimin echó su cabeza un hacia así pudo correr unos mechones de cabellos que interrumpían mí vista.
—¿Y? ¿Cómo estás? ¿Cómo esta tu mamá y los chicos?— acaricié sus mejilla. Él apoyó sus manos en mí cadera.
—Ellos están bien y te extrañan demasiado. Mamá también lo hace, quiere saber cuándo volverás así hace una gran cena— sonrió.
—Tengo un plan para esta tarde. ¡Será la mejor tarde de tu vida!— me bajé de sus piernas para caminar hacia el interruptor y apagar la luz.
Volví a donde estaba Jimin y me acosté a su lado, él fue en busca de el control remoto de la televisión —que éste estaba en mi mesita de noche— y puso un programa de cocina, uno de esos que veíamos cuando no encontrábamos nada para ver.
—Seo, puedo notar que estás cansada. Duerme un poco— puso una mano en mi pelo y empezó a acariciarlo. Jimin tenía razón: últimamente estaba muy cansada debido a que me quedaba hasta altas horas de la madrugada haciendo tareas y estudiando, pero sabía que necesitaba descansar.
—Sí. Estoy haciendo un montón de cosas de la escuela— respondí pasando un mano por mis ojos.
—Me tienes a mi ahora, así que pídeme toda la ayuda que necesites.— dijo.
—Una vez, casi me duermo en la escuela por haber dormido tarde— conté, separando la cabeza de su pecho, y escuché una risa de su parte —Entonces, cuando llegué a casa, dormí como un oso.
Desde afuera pude escuchar como Félix rascaba la madera de la puerta, pidiendo que lo deje pasar. Salí de entre todas las colchas y fui a abrirle la puerta a mi gatito, cuando lo hice se metió inmediatamente mente y saltó hacia la cama. Comenzó a olfatear a Jimin y a refregarse contra su brazos.
—Hola, Félix— dijo Jimin con una voz aguda, alzó al gatito en brazos y lo puso en su hombro, con su mano acarició el cuerpito de Félix.
—Se estaba poniendo ya un poco insoportable— dije volviendo a mi lugar anterior.
—Eso no lo creo— negó con la cabeza divertido —Tu sí te puedes ponerte un poco insoportable— me miró con una sonrisa inocente y yo le devolví una fingida.
—¡Oye, eso sí es mentira!— golpeé su brazo —Tu también, siempre me preguntas por Félix antes de preguntar cómo me encuentro— reclamé, cruzándome de brazos. No estaba enfadada, todo lo contrario, me estaba divirtiendo con este pequeño drama que estábamos haciendo entre reclamos.
—Tengo que saber lo que le pasa al pequeño niño— puso dos manos debajo de las axilas de Félix —Soy como un padre para él— dijo, y yo me senté a lado de Jimin.
—Jimin, es un gatito.
—Preocúpate por él, Seo.
—Abrazame— dije, haciendo un puchero. Desde que llegamos a casa, le había prestado más atención a mí gatitos que a mí. Pasaron meses de que no nos veíamos y ahora estamos juntos otra vez, con Félix.
Jimin lo dejó en el suelo y volvió a mí para devolverme el abrazo y tirar ambos cuerpos en la cama. Empezó a dejar varios besos por todo mí rostro.
—Mañana te presentaré a mis amigas. Hoy solo conociste una parte— susurré, cerrando mis ojos para dormirme.
—Me caen bien, parecen estar un poco locas, especialmente la rubia— soltó una risa suave.
—Puede ser, pero la de pelo castaño, Alex, es todo lo contrario a Taylor— aclaré —Oye.
—¿Qué?
—Levántate, iremos a dar una vuelta y te enseñaré la ciudad. Bueno, parte de lo que conozco— en vez de dormir una siesta, que eso lo puedo hacer en cualquier momento, me decidí a que tenía que aprovechar el tiempo con mí novio.
—Está bien.
Tomamos nuestro calzado y abrigos antes de salir de mí habitación y bajar las escaleras. Encontré a papá aún sentado en la mesa del comedor y me acerqué a él para avisarle que no estaríamos.
—Papá, saldremos un rato. Ya volvemos— dije, pasando mí abrigo por mis brazos.
—Está bien. Diviertanse— dijo, tirándome un beso volador.
Cerré la puerta de casa con llave ya fuera. Caminamos mientras hablábamos. Pasó mucho tiempo que no salíamos tomados de las manos y cuando estabamos en espocas escolares, el año pasado, también se nos complicaba salir, ya que teníamos trabajos y tareas pendientes. Pero en el verano, Jimin y yo nos veíamos todos los días.
—Seo, ésta noche no podré quedarme contigo. Tengo que ir al nuevo departamento para desempacar mis cosas.
—Está bien, entonces, ¿mañana me vendras a buscar a la escuela?
—Sí, mañana envíame un mensaje con la hora de salida. Yo iré por ti, ¿está bien?— preguntó y yo asentí.
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Editado: 05/10/2021.
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¿Por qué?→𝐏. 𝐉𝐈𝐌𝐈𝐍 [✓]
Fiksi Penggemar¿Por qué, luego de esa apuesta, sigues sonriendo? ¿Por qué, luego de esa apuesta, no te vengaste? ¿Por qué, luego de esa apuesta, finges no estar lastimada? →No copias. →No adaptaciones. →BTS. →Jimin.