Capítulo 7: Control

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Mal camina entre las oscuras calles de lo que es la ciudad de Auradon,  maldiciendo por ser tan necia y no esperar al amanecer para irse del castillo. Ben insistió en que se quedara al menos hasta que el chófer pudiera llevarla a donde quisiera, pero ella se negó. Estaba demasiado enojada para ese punto.

—Estúpido Ben. Estúpido, estúpido, estúpido.

Su corazón dolía.

Se detiene unos instantes para limpiar las lágrimas escurridizas de sus mejillas y presiona con fuerza el puente de su nariz antes de comenzar a caminar nuevamente. No es momento para derrumbarse, no lo era en ese instante y no lo sería jamás. Ben había decidido por los dos. No hay que analizar demasiado eso por más que quisiera hacerlo.

Mal sólo espera que aquella decisión realmente sea lo que él quiere, de lo contrario ambos sufrirían por una decisión premeditada y sin sentido que bien pudo solucionarse con diálogo y, en el mejor de los casos, a fuerza de besos.

El frío comienza a entumecer los dedos de sus manos y cada que exhala se puede apreciar una nubecilla blanca salir de su boca.

El corazón casi se le sale del pecho cuando distingue a tres siluetas en medio de la calle al dar vuelta en una esquina. Literalmente estaban en medio de la calle.

Reconoce en poco tiempo a Uma, Harry y Gil, extrañamente quietos. Sus posturas incluso parecen extrañas. Es como si la estuvieran esperando.

—Hey, chicos— alza una mano a manera de saludo.

No hay respuesta.

Es consciente de los ojos de Uma puestos sobre ella, pero no da señal alguna de querer saludarla. Harry y Gil comienzan a avanzar, y Mal, por instinto, retrocede.

—¿Qué les pasa?

Las luces de la calle comienzan a fallar. Hay magia en el flotando ambiente, es fácil de reconocer, sin embargo, Mal no podía entender por qué razón Uma usaría magia en su contra.

—No huyas, Mal. Tú vendrás con nosotros— Uma también comienza a avanzar—. ¿No has olvidado tus raíces, ¿cierto?

—¿De qué hablas?— alza las manos hacia el frente preparada para alejar a los dos piratas con su magia—.¡Uma! ¿Están del lado de los villanos?

—¿Dónde más quisiéramos estar?

No... Ellos no. Están traicionando a Auradon, la están traicionando a ella. ¿Luego de todo lo que pasó? Comienza a creer que todo aquello es una mala pasada de su cabeza.

Aquella noche no podía ir peor...

Uma comienza a reír de forma desquiciada. Gil y Harry la secundan. Luego sus rostros pierden total rastro de diversión y vuelven a avanzar directo a ella. Sus movimientos son lentos, casi mecanizados, por algún motivo, no parecen ser los mismos de siempre.

Apenas Mal da un par de pasos hacia atrás antes de chocar contra dos hombros de dos hombres, el olor a licor rápidamente llegando a sus fosas nasales. Ese olor... Es repulsivo. Le recuerda aquella sección de la Isla donde Evie y ella tenían prohibido estar.

Es el olor de la maldad y perversidad en su máximo esplendor.

—Miren, pero si es la dulce y pequeña Maly... — murmura una voz. Mal siente el frío de un metal bajar por la curvatura de su cuello y se aparta por instinto—. Toda una mujer ahora.

Es el capitán James Hook con el garfio aún alzado en el aire. A su lado está el bruto de Gastón sonriendo. Comienza a sentir pánico cuando cae en cuenta de que está rodeada por los cuatro hombres.

C H A O S ¦ Descendientes Donde viven las historias. Descúbrelo ahora