—¡Harry, Uma...!—Gil ingresa a la cocina de golpe, un saco enorme en su espalda—. ¡Tenemos que irnos ya!
Gil ha encontrado a sus dos mejores amigos en situaciones incómodas antes. Para su desgracia, tanto Harry como Uma son un par de adolescentes con las hormona al mil, siempre dándose amor en cualquier sitio, aunque no siempre sea el más adecuado.
Y, en esa ocasión, por lo menos, tenían la ropa en su lugar, aunque las manos de perdidas en el cuerpo del otro.
Harry deja de besar el cuello de Uma, ella se baja del mesón y oculta una sonrisa al mirar a Gil, poniendo su mejor cara de seriedad que se sentía capaz de hacer.
—¡Dejen de hacer eso y vámonos! — les urge.
—¿Qué sucede? Espero tengas un buen motivo para interrumpirnos.
Harry tiene una enorme sonrisa boba, se siente tan feliz que no le importa el hecho de que Gil hubiera aparecido en el momento más inadecuado. Uma lo hace sentir así.
—¡Este lugar va a colapsar!
Dicho y hecho, cuando termina de decir aquello el suelo se estremece.
Los tres salen corriendo hacia el pasillo. Uma deja que la guíen sin preguntar, después de todo, ellos conocen mejor el lugar. Corren, esquivando pedazos de piedra que caen del suelo, tosen de vez en cuando por el polvo en el aire y se levantan cuando el suelo se estremece tanto que los hace caer.
Así siguen, hasta encontrarse con una figura pequeña de una niña sentada en el suelo con el rostro entre sus rodillas, llorando.
—¿Dizzy?— Uma se acerca hasta donde está y la mueve ligeramente—. Cariño, tenemos que irnos. Ven con nosotros.
—Ella... me abandonó— solloza Dizzy—. Se fue y me dejó aquí.
—¿Quién?— pregunta Harry.
—¡Evie!— les grita con voz entrecortada—. Y también lo dejó a él. Lo dejó encerrado.
Señala la puerta tras ella. Desde ahí se escuchan los gritos de Doug. Él ha tratado de todo para salir pero los artilugios de Evie son muy, pero muy poderosos. Y él claramente no poseía las herramientas para salir por su cuenta.
—¡Enano!— Gil trata de abrir la puerta—. ¡¿Estás bien?!
—¡Sí, estoy bien! — responde Doug—. Pero... eh... ¿podrían sacarme? Comienzo a...
El sonido fuerte de una explosión ahogan sus palabras. Eso sonó demasiado cerca.
Uma maldice entre dientes al darse cuenta de que sea lo que esté pasando entre Maléfica y Grimhilde acabará con todo el lugar. Si no se dan prisa morirán aplastados por el techo o por alguna pared.
El duelo parece haberse detenido unos momentos. Ahora hay quietud. Atemorizante tranquilidad.
—Usa tu magia— sugiere Harry.
—Ya no tengo. Sin el collar...
Otra explosión, más gritos de pánico de parte de Gil y Dizzy.
—¡Doug, tienes que buscar otra salida! —indica Uma. No recibe respuesta—. ¿Doug?— nada. No hay ningún ruido adentro.
Harry tira de su muñeca para que continúen su camino. Uma lo mira pregúntale en silencio que planea hacer. Él niega.
—Debemos irnos. No hay tiempo.
Gil carga a Dizzy cuando ella no quiere dejar a Doug a su suerte. Él debe detener su pataleo para ponerla a salvo.
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C H A O S ¦ Descendientes
Hayran Kurgu¿Cuánto tiempo se habría esperado que la paz durara en Auradon luego de que la barrera fuera derribada? ¿Acaso los héroes habían planeado un plan de contraataque en caso de que los villanos decidieran alzarse nuevamente en su contra? El caos se desa...