Capítulo 42: "Liberen a la bestia".

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Mal sabía que era una pésima idea dejar a ir a Kheaden en primer lugar. Siempre lo supo, y cuando ve a Merlín ir hacia ella con una expresión preocupada, no puede evitar correr hacia él para decirle, o más gritarle, el enorme error que cometió.

—¡Kheaden no tenía porque haberse ido!— le recrimina—. ¡Si algo le pasa será su culpa!

Jay debe tomarla en brazos para evitar que abalanzce a golpes contra el hechicero. La hija de Maléfica está muy alterada. En el fondo le aterra la idea de haber perdido por siempre al pelinegro.

—No se presentó para darme informes cuando quedamos— Merlín se ve mortificado.

—¿Y ahora qué hacemos?— cuestiona Lonnie. Carlos y Jay aún tratan de calmar a Mal.

Merlín abre la boca, pero un fuerte sonido, semejante al de una bestia, se escucha. Mal siente un estremecimiento, al igual que Merlín, cuando reconocen el rugido del dragón.

Giran al mismo tiempo la cabeza hacia su derecha.

—Es fácil. Nos están ganando. Suelten a la bestia, ¿o no, chiquita?

La figura de Maléfica los sorprende a todos. Increíblemente su entrada es igual de épica que la anterior, pero no es eso lo más desconcertante.

Con ellos vienen Uma, Harry, Gil y Dizzy, la hija de Úrsula inconsciente siendo cargada por su novio el pirata.

—Es hora de destrozar a esa maldita de Morgana.

Merlín reconoce en el destello de sus ojos el espíritu de otro dragón, por lo que deduce, es la madre de Mal. Sin embargo ese halo de maldad que la chica posee en mucha menor cantidad lo hacen dudar sobre sus intenciones.

—Mamá... ¿Qué haces aquí?— Mal sale de la impresión inicial—. ¿Qué pasó con Grimhilde?

La mueca en el rostro tenso de la emperatriz dejan saber de inmediato que no ocurrió lo que tanto quería, por lo que, para evitar su ira, Mal decide cambiar el tema, y se acerca hacia donde Harry depositó a Uma en el césped con cuidado.

—¿Qué le ocurre a Uma?— pregunta al pirata. Harry niega, sin soltar la mano de la chica, él también se ve mal—. ¿Por qué no despierta?

Mal toma la otra mano de la chica, está fría, muy por debajo del nivel de temperatura corporal normal.

—No hagas drama. No está muerta— informa Maléfica—. La pobre chica tonta agotó sus energías. Lo que pasa cuando no sabes controlar tu magia y la expulsas de golpe.

Mal suspira. Entonces solo está dormida. Acaricia el dorso de su mano con el pulgar, justo cuando siente una mano en su hombro. Alza la cabeza para ver a esa persona.

—¿Evie está con ustedes? — le pregunta la voz rota de Dizzy.

—Ya no.

Dizzy solloza. Mal se incorpora y la abraza, sin saber cómo explicarle que Evie se había ido, y esta vez, sin dejar algún rastro alguno de su paradero.

—¿Quién está a cargo?

Melefica analiza los rostros de todos los presentes. Sus ojos recaen en Aurora, quien está apartada de ahí con Audrey. Frunce el ceño y presiona fuertemente sus puños. Antes de hacer algo, Merlín se adelanta y obstaculiza su visión.

—Yo— informa el hechicero—. Ya tenemos todo bajo control. No necesitamos su ayuda.

—¿En serio?— se burla—. Yo diría que es todo lo contrario a eso.

C H A O S ¦ Descendientes Donde viven las historias. Descúbrelo ahora