Días después...
Narra Evie.
Un nuevo día comenzaba. El cielo, nublado con nubes grises y rayos relampagueando de vez en cuando parecen reflejar lo que siento en mi interior.
¿Así... acaba todo para mí?
No, nada acaba, solo es el comienzo. El comienzo de algo que se desató a raíz del caos que el destruir de la barrera ocasionó.
Deslizo la punta de mi lengua por mi labio inferior mientras me pierdo entre la gente que, desesperada, busca provisiones para sobrevivir a lo que se avecina. Cubro mi rostro con una bufanda para evitar que alguien me reconozca.
Escucho mucho las palabras "Maléfica", "gobernar" y "perdición". Nadie me mira a mí, para ellos, simplemente soy, un alma en pena cualquiera que deambula entre los suyos. Y así es mejor.
Así me siento. No tengo rumbo alguno, no tengo lugar en el que alguien me espere.
Doug murió. Mal me odia. Morgana tampoco está ya. Me he quedado sola.
Me lo busqué, lo acepto, lo admito aunque me cueste. Me lo merezco. Es peor castigo que la muerte.
Entonces la veo.
Una mujer de cabellos rubios que me mira fijamente de pie entre la multitud que avanza, quieta, sin intención de moverse. Me mira a mí. Sabe quien soy, pero yo no sé quién es ella.
Trato de saber si lo mejor es huir, o seguir mi camino de frente.
—Evie— me llama. La escucho a la perfección.
Un trueno cae. Gotas de lluvia no tardan en empapar el lugar, incluyéndome. La lluvia toma fuerza en muy poco tiempo. Quito los mechones húmedos de mi frente y consigo distinguir la silueta de la mujer a pesar de que la lluvia dificulta eso.
—¿Quién eres?— le cuestiono al llegar a una distancia prudente.
Ella sonríe, estira un brazo que claramente no tomo. Desconfío de su mirada, de su sonrisa. Desconfío de toda ella.
—Soy Morgause. Morgause Le Fay. Conociste a mi hermana cuando aún vivía...
Hay dolor en su timbre de voz. Analizo su aspecto, percibiendo de inmediato la magia que posee solo con acercarme un poco más.
También es una bruja.
—¿Morgana?
—Sí. Ella era mi hermana— confirma—. Te he buscado por todos lados. Necesito tu ayuda.
—¿Para qué?
Alza la cabeza hacia arriba, cierra los ojos y suelta una risotada que no encuentro coherente para ese momento.
—Necesito tu ayuda para revivir a mi hermana— murmura estirando los brazos. Vuelve a reír—. Morgana Pendragon regresará a la vida.
Da media vuelta, comienza a caminar, sin mí. Dudo, solo por unos segundos, antes de seguir sus pasos.
¿Qué tengo que perder? Nada.
Morgana puede regresar, y si lo hace, puede recuperar lo que Maléfica trata de gobernar. Otra vez.
—Apresúrate, linda. Esta anarquía se pondrá muy fea si mi hermanita no vuelve pronto.
Su voz cantarina me agrada. Ahora ya no es mi enemiga. Morgause ahora es mi aliada, y quizás, se convertiría en mi única amiga también.
Me uno a su lado. Ella me sonríe, le sonrío de vuelta.
Larga vida al mal.
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Luego de pensarlo, he decidido crear una segunda parte. Trataré de arruinar nada y ojalá estén ahí para brindarle todo el apoyo que le dieron a este libro también.
Mil gracias a todos por cada uno de sus votos, comentarios y demás❤️
Pronto tendrán noticias. Estén atentas👀
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C H A O S ¦ Descendientes
Fiksi Penggemar¿Cuánto tiempo se habría esperado que la paz durara en Auradon luego de que la barrera fuera derribada? ¿Acaso los héroes habían planeado un plan de contraataque en caso de que los villanos decidieran alzarse nuevamente en su contra? El caos se desa...