Capítulo 19: Un Final Cercano

948 95 265
                                    

Evie se tensa cuando su madre llega junto a Maléfica. Es consciente de la mirada de Grimhilde sobre ella solo unos segundos, para luego seguir su camino sin tomarle mucha importancia.

Aún seguía sin entender la conversación que había escuchado entre ella y la mujer de nombre Morgana. Algo le decía que ese nombre le era familiar, pero había algo que le bloqueaba e impedía saber de dónde. Aún así estaba preocupada por lo poco que se había escuchado.

Tenía que decirle a alguien.

—¿Mal? Necesito hablar contigo.— pide, con algo de urgencia.

—¿Es importante, E? Debo ir a hablar con mi madre.

¿Desde cuándo Mal le preguntaba si lo que tenía para decir era importante? Se siente pésima cuando la escucha decir aquello, pero se forza a sonreír.

—Oh, no, no es importante. Está bien.

—De acuerdo— Mal le sonríe de vuelta—. Entonces hablamos luego.

Yo siempre estoy para ella...

No tenía intención de levantarse de su lugar, pero ve a Grimhilde escabullirse pensando que nadie la ve, hacia el bosque, y decide que tiene que saber más sobre lo que está ocultando. Así que va tras ella.

Mientras tanto, del otro lado del bosque, aparecen los dos hijos de villanos, Kheaden y Trek, escondiéndose tras un arbusto frondoso.

—Son los amigos de Mal— confirma el hijo de Shan Yu—. ¿Tú mamá no los quería secuestrar?

—Sí.

Ahí, reunidos, reconocen solamente a Carlos y Jay, las otras dos chicas no encajaban con el perfil de alguien perteneciente a la Isla. No han notado que no muy lejos de ahí estaban Maléfica y Mal. Jamás se les ocurrió revisar.

—Ahora que recuerdo, ¿la chica no mencionaba el nombre de Jay entre sueños?

Trekep lo recuerda también. Oh, claro que lo recuerda. Lonnie nunca dejaba de llamar al estúpido hijo de Jafar cada que dormía y sus sueños se volvían inquietos, tormentosos. Y realmente odiaba demasiado cuando eso sucedía.

—Sí. No dudo que sea el mismo— gruñe—. Cómo si necesitara más motivo para odiar a ese... Traidor. Es curioso que estén aquí.

—Bueno, querido y apreciado amigo, ¿Qué dices? ¿Los atacamos ahora?

—Deberíamos volver y regresar con refuerzos...

Antes de que Kheaden responda, alguien tras de ellos los empuja hacia adelante, a manera que sean visibles para Jay, Carlos y las chicas, quienes de inmediato se ponen a la defensiva.

—Yo digo que eso jamás va a suceder— Jafar tiene una sonrisa en el rostro—. ¿Quiénes son?

—¡¿Cómo te atreves a empujarme, maldito viejo?!— Kheaden enfurece contra Jafar.

El ex visir de Agrabah hace una mueca de desagrado mirando al chico de arriba a abajo. Cruella se ríe por el comentario del joven.

A pesar de que la Isla no era un lugar grande, había muchos hijos de villanos que muy pocas veces se habían cruzado. Ellos dos solían pasar mucho tiempo en el lado "oscuro", lugar donde casi nunca iban Mal y sus amigos, tampoco los de la tripulación de Uma. Incluso ahí siempre existió esa barrera que no les permitió jamás relacionarse con otra gente. Por eso solo los reconocen de vista, más no está seguros de si son quiénes creen que son.

Uno de ellos tiene rasgos orientales, el cabello largo, lacio, amarrado en una coleta. Su expresión sólo se ve grotesca debido a la cicatriz que traspaspasa desde su ceja derecha hasta su pómulo.

C H A O S ¦ Descendientes Donde viven las historias. Descúbrelo ahora