Kheaden limpia la hoja de una de sus navajas, silvando, asegurándose de no dejar ninguna mancha de sangre. Cuando acaba de hacer esa tarea banal, decide que es momento de irse.
Mira de reojo a su compañero de misiones y arroja el arma blanca que sostenía demasiado cerca del rostro de Trekep, ocasionando sólo un rasguño en una de sus mejillas.
—¡Arriba, inútil!— le grita.
Él se remueve, se queja por el leve ardor que el corte le provoca. Abre los ojos y lleva una mano a la herida.
—Ya has dormido bastante. ¿Quién lo diría? Ese chico te dejó más muerto que vivo.
—¿Qué...? — el joven asiático mira la sangre en sus dedos, luego a Kheaden, para acto seguido mirar a su alrededor—¿Dónde...? ¿Cuánto...?
Un grito ahogado, semejante al que haría alguien con una mordaza en la boca, se escucha. El hijo de Shan Yu no tarda en identificar a un caballero con el escudo de Camelot en el pecho, maniatado y, efectivamente, amordazado, tratando de liberarse sin éxito alguno.
—Es un amigo de Camelot... No le creas si te dice lo contrario.
—Kheaden...
—Traía consigo muchas cosas interesantes, pero esto— le muestra una carta—, definitivamente es lo mejor. Escucha.
Kheaden desdobla una carta con el sello real del rey Arturo, se aclara la garganta y finge tener la voz dos tonos más gruesa.
—"Estimado rey Benjamin de Auradon..." blah, blah, blah— hace un gesto de aburrimiento—. En realidad esa es la parte aburrida, pero, no todo es un tonto discurso del estúpido rey. "Tenemos el gusto de informarles que Fa Mulan y Li Lonnie de Northern Wei han sido encontradas con vida, sin heridas de gravedad...". A ver, está parte también es aburrida. Ah, sí, esto. "... Están en Camelot, donde se les ha asegurado una estancia cómoda y placentera".
Al escuchar aquello, el interés genuino que surge en el guerrero lo hacen incorporarse y mirar con mucho más interés al hijo de Morgana.
—Así que ahí está. Esa maldita perra sigue con vida— murmura con enfado.
—Así es.
—¿Iremos?
—Absolutamete sí.
—¿Cuándo?
—¿Qué tan rápido corre un corsel de Camelot?— le pregunta Kheaden haciendo una señal tras ellos—. Con mi magia no iremos. En realidad preferiría ahorrar todas mis energías si queremos que infiltrarnos con éxito en un reino tan poderoso como lo es Camelot.
Sonríe. Chasquea los dedos y de un momento a otro su ropa se ve reemplazada por la armadura del caballero de Camelot. Incluso se pone el casco de metal que solo dejaba ver sus intensos ojos azules.
—Iremos solo por la chica— le informa subiéndose al caballo—. Así será más sencillo salir.
—No me interesa nadie más— contesta Trekep—. Solo la quiero a ella.
Kheaden rueda los ojos.
—Como digas. Será toda tuya... Después de llevarla con mi madre, claro.
(...)
—¿A dónde fue Maléfica?
—Al páramo— contesta Grimhilde—. Huyó. Cruella y Jafar tampoco son problema ahora.
Morgana asiente, conforme, mirando una vez más a la chica peliazul, quien asustadiza, no dejaba de ver la punta de sus zapatos.
—Tú eres Evie, ¿no es así?
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C H A O S ¦ Descendientes
Fanfiction¿Cuánto tiempo se habría esperado que la paz durara en Auradon luego de que la barrera fuera derribada? ¿Acaso los héroes habían planeado un plan de contraataque en caso de que los villanos decidieran alzarse nuevamente en su contra? El caos se desa...