Lonnie practica en el campo de batalla junto a los demás guerreros. Tiene una espada corte medieval mucho más pesada y menos exacta que las de el R. O. A. R. e incluso las que manejaban en Northern Wei, por lo que ha pasado toda la mañana practicando con ella sin detenerse. Está decidida a participar en lo que se avecina.
No ha querido ver a Jay. Lo evita cada que puede, incluso evita hablar con Jane y Audrey también. Sabe que ellos decidieron quedarse pero prefiere no tener contacto con ellos hasta que pueda recuperar un poco el control de sí misma sobre sus emociones.
Siente demasiada vergüenza por lo que sucedió con Jay el otro día.
Por ser débil. Por no poder superarlo.Con ese pensamiento en mente, da una última estocada, mucho más violenta que las otras, y el muñeco de práctica con la armadura desgastada ya no da para más.
—Mis caballeros insisten en querer pelear contigo— dice Amr tras sus espaldas—. Los tienes bastante sorprendidos y quieren verte en acción real.
Lonnie se quita el casco de metal y clava con fuerza la espada en el suelo. Quita unos mechones húmedos de su frente y echa una mirada a la cuadrilla de guerreros pertenecientes a la mesa redonda. Varios la saludan con un asentimiento de cabeza y una sonrisa.
—Ciertamente me pondría celoso si aceptaras pelear con ellos antes que conmigo.
—¿Qué?
Lonnie gira su rostro hacia el príncipe, pero antes de otra cosa hay un destello en la entrada del campo abierto donde se entrena que llama su atención.
Ve a Jay, Carlos y Mal entrar junto con Arturo y Merlín. Tras ellos van dos guardias como escolta.
—Ah, olvidaban que iban a venir— murmura Amr—. Ahora vuelvo.
Amr se acerca a su padre y a los otros. Lonnie no puede moverse de su lugar, menos aún cuando su mirada conecta con la Jay y todo lo demás parece dejar de existir. El hecho que el rostro de Jay tenga un gesto herido empeora todo.
Él ya no lleva la férula. A lo que sabe, el hechizero recuperó todas sus fuerzas y lo curó por completo.
Lonnie se queda quieta por largos segundos, el mismo tiempo que le toma decidir que no quiere ser una cobarde con él, quien siempre estuvo ahí para ella, quien sigue estando ahí a pesar de todo el tiempo que pasó.
Comienza a avanzar a él. Luego acelera el paso. Casi está corriendo. El hormigueo en su estómago crece conforme el gesto de Jay se torna de sorpresa y duda.
Se mente es un lío, pero su corazón sabe lo que quiere.
Sigue así hasta que llega a él, y sin importarle que haya más personas cerca, se arroja directo a sus brazos y su boca se cierra sobre la de él en un beso avasallador. Siente los fuertes brazos de Jay rodeándola sin perder tiempo e incluso siente que sus pies se han despegado del suelo.
Todo el miedo, toda duda, se esfuma en el instante en el que Lonnie puede sentir con claridad la caricia suave y considerada de la boca de Jay contra la suya, como si fuera él el del miedo esta vez. Como si temiera hacer algún movimiento brusco que volviera a hacer que se aleje.
Al separase los ojos de los brillan de infinito amor hacia el otro.
Lonnie golpea su pecho cuando el sonríe, siente las mejillas arder y oculta su rostro sin romper el abrazo.
Carlos alza las cejas de forma sugestiva hacia Mal y la codea levemente.
Amr, incómodo, ha desviando la mirada hacia el campo. Arturo también está incómodo. Merlín, en cambio, sonríe casi de la misma forma que el De Vil.
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C H A O S ¦ Descendientes
Fanfiction¿Cuánto tiempo se habría esperado que la paz durara en Auradon luego de que la barrera fuera derribada? ¿Acaso los héroes habían planeado un plan de contraataque en caso de que los villanos decidieran alzarse nuevamente en su contra? El caos se desa...