Capítulo 4: Bruja del Mar

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Evie sostiene a Mal cuando ella la abraza, de inmediato dándose cuenta de que algo pasó. Algo malo. A juzgar por el comportamiento de su mejor amiga, lo que sea que haya perturbado la paz en el castillo debe de ser importante. Hay vagos rumores propagándose por las calles, pero no hará caso hasta que Mal confirme algo.

Ben desapareció en cuanto el interrogatorio terminó sin decirle nada a Mal. No se despidió ni le dijo lo que haría. Mal entendía que tuviera demasiadas cosas por hacer en estos momentos, pero al menos le hubiera gustado preguntarle cómo se sentía respecto a la muy probable muerte de una de sus amigas más cercanas. Ella aún no podía asimilar que Lonnie no existiera más, que ya no regresará nunca de aquel viaje que hizo para ir a ver a su familia.

Si ella sentía una profunda tristeza y dolor, no quería ni siquiera imaginar como lo tomaría Jay, quien había comenzado una relación con Lonnie a distancia que parecía funcionar demasiado bien para ambos.

Sus dos mejores amigos se acercan a donde están justo en esos momentos. Mal siente un horrible pesar al sentir la mano de Jay en su hombro, derrama un par de lágrimas antes de separase de Evie.

El hijo de Jafar observa extrañado el comportamiento de Mal.

—Northern Wei fue invadido por los malvados villanos luego de meses sin tener indicios de un posible ataque— informa, su voz saliendo dificultosa por el nudo en su garganta—. El ejército Huno fue el responsable. Lo siento tanto, Jay, pero no se encontraron sobrevivientes. Lonnie... Ella... está... está...

Mal no puede terminar aquella oración. Evie lleva una mano a su boca.

Antes de que Jay pueda terminar de digerir lo que acaban de decirle, un agitado Lumiere entra a la sala para avisar que los padres de los Vk's han exigido una reunión de emergencia con ellos.

No hay tiempo para evitar que el hijo de Jafar salga a toda prisa de la habitación, prácticamente corriendo.

Carlos sale tras él.

—Él sufrirá mucho— murmura Mal, recibiendo el abrazo de Evie completamente destrozada—. Lonnie no merecía morir así, E. Todo esto es culpa mía por derribar la barrera.

—¿Por qué atacaron luego de tanto tiempo? ¿Para qué esperar?

—Para tomarlos desprevenidos y vulnerables, manzanita.

Evie mira a su madre en la puerta. Tras ella está Maléfica.

—¿Qué mejor manera de atacar cuando nadie lo espera? Quién planeó todo esto fue listo, pero te aseguro que jamás se esperará que la Emperatriz del Mal y la Reina Malvada estén en su contra. Porque absolutamente nadie nos traiciona y se sale con la suya sin recibir un castigo ejemplar.

Las palabras de Maléfica flotan en el ambiente, de pronto tomando verdadero significado, pues la ira impregnada en ellas suena a que va bastante en serio.

(...)

En las costas de Auradon yacen tres hijos de villanos, sentados en una manta puesta sobre la caliente arena de la playa. Los tres miran el rompimiento de las olas, esperando, cada uno sintiendo el pánico a diferentes niveles. Hace días los tres recibieron una nota que no ha dejado de torturar sus mentes y provocarles malestares cada que leían esas palabras.

La chica de trenzas celestes tiene una extraña sensación en pecho que la ha hecho asistir sin más a ese abandonado lugar junto con Harry y Gil.

También han guardado silencio como decía la carta. Nadie se atrevió a abrir la boca, quizás por miedo a las consecuencias. Era muy difícil olvidar cuan malos podrían ser ellos cuando se les desobedecía.

Una repentina y violenta ventisca de aire los hacen cubrirse los ojos. El clima incluso parece haber empeorado. El cielo se nubló, las aves blancas huyeron. El panorama repentinamente tenebroso y la incertidumbre de lo que pasará haciendo mella en los tres.

Uma y Harry comparten una mirada preocupada. Ambos tratan de decir algo que les ayude a no sentir tanto miedo pero es tarde. Dos figuras masculinas aparecen tras ellos.

—Ya están aquí— alcanza a decir Uma.

Harry siente la punta de algo filoso punzando peligrosamente en uno de los costados de su cuello y se pone de pie mirando de reojo la figura del capitán Hook. Traga saliva con esfuerzo tratando inútilmente de aparentar calma.

A Gil una mano grande lo toma del cuello de su chaleco de cuero café y con poca delicadeza también lo obligan a ponerse de pie. Gastón en ningún momento lo ha soltado y le propina un golpe en la nuca que hacen al chico rubio hacer una mueca de dolor.

Uma mira fijamente las olas esperando a que ella aparezca. Y lo hace, de hecho, poco segundos después.

Úrsula emerge del agua convertida en cecaelia. La sonrisa en su rostro evoca recuerdos no tan gratos en la chica de cabellos celestes quien ya se ha incorporado a la espera de recibir instrucciones. La bruja del mar le hace un gesto con el dedo para que avance a ella. Uma lleva las manos a su collar, sin dejar de ver los ojos oscuros de su madre, y lo desliza poco a poco hacia arriba hasta sacárselo por completo. Lo mira unos segundos y luego cierra su mano soltando un suspiro tembloroso. Comienza a caminar.

—Uma—Harry no se atreve a decir más.

Uma continúa avanzando sin hacer caso. El hecho de que el collar esté brillando con tanta intensidad no ayuda, pues es como si la estuviera guiando a ella, la verdadera dueña del collar. Por más que una voz en su cabeza le dice que se detenga, ella la ignora, pues es mucho más fuerte la voluntad de querer entregarle el collar a su madre. Úrsula la espera pecientemente. No tiene prisa en esos momentos.

—Uma— vuelve a intentar Harry—. No sigas, espera. No sabemos qué te hará.

—Cállate— ordena su padre. La punta haciendo más presión. Una fina línea de sangre es visible ahora en la piel del joven Hook—. Y también comienza a avanzar. Gastón, trae a tu hijo. Ya es hora.

Los cuatro siguen los pasos de Uma. Harry y Gil intentan resistirse, topriezan en la arena, una y otra vez, pero sus progenitores los empujan incansablemente murmurando palabras amenazantes. Sin más opción llegan a la arena húmeda, el máximo alcance de las olas. Uma ya ha ingresado al mar. Cada vez más cerca de Úrsula. El agua le llega a la mitad del cuerpo, está fría, pero eso es lo que menos le importa en esos momentos.

—Después de todo, tu nacimiento sí tendrá un propósito útil— le dice la mujer. Uma estira el brazo con el collar y la bruja lo toma sonriendo satisfecha—. No cometeré el mismo error en confiar en ti tal como hizo la estúpida de Maléfica con su hija, no por el momento. Yo sí quiero que mis planes funcionen— se pone el collar—. Ahora regresa con tus amigos.

Uma presiona sus labios, obedece, llegando a donde están Harry y Gil. Los tres se arrodillan siendo obligados por los dos hombres.

Úrsula murmura un hechizo. La caracola se ilumina y su sumerge en el agua. Los presentes observan como emerge una hermosa mujer de piel oscura como la de Uma, sus ojos brillantes y con piernas humanas ahora. Se acerca a ellos sin dejar de sonreír ni por un solo segundo.

Vanessa— murmura el capitán James Hook, impresionado por la belleza de la mujer—. ¿Comenzarás ahora con la segunda parte del plan?

—Sabes que ella es paciente, pero ya pasó el tiempo suficiente desde que Shan Yu cumplió— menciona la bruja del mar—. Es hora de cumplir nuestra parte también. El dominio total del mar será mío.

Uma no sabe qué esperar. Lo único que desea es salir huyendo de ahí. Enlaza su mano con la de Harry y la presiona fuertemente.

C H A O S ¦ Descendientes Donde viven las historias. Descúbrelo ahora