—Volveré después. Debo ir con mis amigas, descansa— es último que Lonnie le dice a Jay antes de salir de la habitación.
Cuando cierra la puerta deja escapar lentamente el aire en sus pulmones, su mano tiembla, toda ella está temblando. Trata de regular su respiración, calmar los latidos erráticos de su corazón, y sobre todo, alejar los pensamientos que se desencadenaron cuando Jay fue más allá.
No, no siente que él se haya sobrepasado. Ella claramente estaba dispuesta a lo que sea que pasaría entre ellos, lo estaba, claro que sí. Lonnie había extrañado mucho a Jay. Pero...
“Eres hermosa.”
Esa voz en su cabeza apareció. Otra vez.
“Demasiado hermosa...”
Los recuerdos de su estancia en aquel lugar desconocido donde estaba privada de la libertad también llegaron a ella, sin piedad alguna.
“Si te resistes será peor, no luches más. Sé que tú también lo quieres.”
Cuando menos se da cuenta, está llorando.
Lleva una mano para silenciar los sollozos que no quiere que sean escuchados y comienza alejarse por los pasillos, rápido, antes de encontrarse con alguien que note su estado. O peor aún, alguien que la cuestione.
Esquiva a los guardias, a los sirvientes, trata de pasar de desapercibida y logra hacerlo, hasta que la fuerza que la mantienen de pie se va, y debe buscar apoyo en la pared más cercana.
“No tienes escapatoria.”
No, no había escapatoria.
Aún podía recordar su toque brusco, animal, sobre sus brazos, su intento por despojarla de su ropa y las insistentes palabras para que cooperara. Ella gritó, luchó, lo golpeó... Pero él... Él era fuerte. Demasiado fuerte.
La situación, el terror que sintió en ese momento, no era ni por asomo parecido a algo que haya sentido antes. El no tener el control, el hecho de que el intentó abusar de ella... La hicieron entrar en estado de shock del que muy difícilmente se pudo recuperar. Y es que no lo ha hecho. No se ha podido recuperar de aquella experiencia traumatica y eso es lo que más le causa conflicto.
De no ser por... De no ser por el otro sujeto, su compañero extraño, las cosas hubieran terminado realmente mucho peor para ella. Su atacante hubiera podido terminar sus intenciones. Él habría logrado su retorcido objetivo.
Aún así las huellas de sus dedos no se fueron. Aún así se sintió sucia, violentada y, ahora sabe, con un trauma mucho mayor de lo que creyó en un principio.
Se queda ahí, quieta, tan quieta que solo el movimiento de pecho al respirar es lo único que la hacen ver con vida.
Relacionar el ataque con las intenciones de Jay estuvo mal. Lo sabe, pero no pudo evitarlo. Fue más fuerte que ella.
En ese momento... Jay no era Jay.
En ese momento... Jay se convirtió en esa otra persona.
—¿Lonnie? ¡Lonnie!
Ella no hace nada cuando Amr llega a donde está. No dice nada cuando él la revisa buscando heridas. Tampoco impide que trate de hacerla volver en sí.
—E-estoy bien.
—Necesitas ayuda.
—N-no. Y-yo estoy bien.
Sus ojos llorosos miran al joven príncipe, pidiendo a gritos silenciosos ayuda. Demasiado orgullosa como para decirlo en voz alta. Terca para admitir que la situación estaba sobrepasandola.
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C H A O S ¦ Descendientes
Fanfiction¿Cuánto tiempo se habría esperado que la paz durara en Auradon luego de que la barrera fuera derribada? ¿Acaso los héroes habían planeado un plan de contraataque en caso de que los villanos decidieran alzarse nuevamente en su contra? El caos se desa...