Capítulo 26: La decisión de traicionar

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Evie cae de rodillas, soltando el cetro que sostenía con una mano. Grita cuando siente un horrible dolor atravesarla y lleva una de sus manos al pecho.

En ese momento puede ver que no fue una buena precipitarse con ese intento de revelación.

—¡Basta! — implora, dejando fluir sus lágrimas con libertad. Le duele. Y le duele mucho.

Vuelve a gritar con más fuerza cuando el dolor se intensifica en vez de disminuir.

—¡Por favor, madre, no más!— vuelve a pedir.

—¿Qué pensabas, hija mía? ¿Creías qué sería fácil derrotarme con un cetro que claramente no te obedece?

—¡Madre!

—Eres una estúpida. Tu magia inexperta jamás será rival contra la mía. Por muy poderosa que sea, mientras no sepas usarla será un arma de doble filo que siempre te pondrá en desventaja. Entiende eso y, solo quizás, puedas mejorar.

Grimhilde deja de hacer presión en el corazón de Evie, hace una mueca cuando la ve llorar. Débil. No hay otra palabra. Patéticamente débil. E irremediablemente siente que aquello es su culpa. Debió criarla mejor.

—Sólo... quiero... mi... corazón.

—¿Para qué? ¿Para que vayas con tus estúpidos amigos?

—¡Dame mi corazón!

Evie cierra los ojos cuando ve la mano de la Reina Malvada alzarse en el aire. Luego, pocos segundos después, siente un terrible ardor en su mejilla derecha y más lágrimas se acumulan en sus ojos.

—Jamás. No lo necesitas. Ahora vete. ¡Largo!

Evie se levanta del suelo, mira con todo el odio que es capaz de reuinir a su progenitora y se va. Camina a su habitación y se encierra, dejándose caer en la cama ocultando el rostro entre las almohadas.

En esa posición la encuentra Dizzy.

—¿Evie?— la niña se acerca a donde está. Se preocupa al no recibir respuesta—. ¿Evie? —insiste.

—Déjame sola.

Dizzy, contrario a lo que se le pidió, se acerca a la cama para acariciar su cabello azul con cuidado y cariño. Evie, más calmada, toma un profundo respiro antes de levantarse. Abre los brazos para dejar que Dizzy la abrace, solo así logrando sentirse un poco mejor.

—¿Tú madre te golpeó?

Evie asiente, sonriendo con tristeza, solamente tratando de no alterar más a la niña.

—¿Te duele mucho?

—No, cariño, no tanto.

Dizzy guarda silencio y alza la mirada para conectar con los ojos rojos de Evie, doliendole verla de esa manera.

—Quisiera decir que me duele más el corazón, pero no lo tengo conmigo— ríe, aunque es una risa forzada.

—¿Cómo?

—Me lo quitó. Mi corazón... Ella me lo quitó y no puedo recuperarlo.

—¿Por qué te haría eso?

—Mi madre me descubrió cuando intentaba espiarla, yo había descubierto cosas importantes para ese punto y quiso silenciarme, pero no encontrando otra alternativa, se hizo de mi corazón, para así controlarme— cuenta, mirando un punto fijo en la pared—. Hizo que le dijera cosas horribles a mis amigos, cosas que yo no sentía ni quería decir. Controla mi voluntad y ha hecho que yo no sea capaz de quitárselo.

C H A O S ¦ Descendientes Donde viven las historias. Descúbrelo ahora