Hace mucho tiempo, en una tierra llena de magia, el Bien y el Mal personificados se enamoraron.
Él, destinado desde el nacimiento a convertirse en el hechicero más poderoso de todos los tiempos buscaba la paz. Ella, un alma corrompida por el odio y la sed de poder buscaba venganza.
Merlín la amó. Morgana a él también. El problema de que originó que su amor terminara en tragedia se desencadenó cuando ninguno estuvo dispuesto a renunciar a sus ideales, y de esa forma, el amor que se juraron terminó por sumir a ambos en una desolación y tristeza eterno.
—El rey Bestia de Auradon pidió la captura y encarcelamiento de Morgana— explica el rey de Camelot, Arturo Pendragon—, en lo que él y su gente llamaron "Isla de los perdidos".
Merlín asiente, con la cabeza abajo, profundamente herido luego de la última discusión que tuvo con Morgana, en donde ella juró destruirlo junto con todo Camelot.
—Te necesitamos, Merlín— murmura su mejor amigo de toda la vida—. Guiniver espera a nuestro primer hijo. Corre un gran riesgo con ella suelta y...
—Lo haré. La detendré— accede el hechichero—. Sólo promete que ella estará bien.
Arturo se lo prometió.
Merlín no tardó mucho en dar con ella, y cuando lo hizo, debió enfrentar su mirada una última vez. Su corazón se quedó encerrado junto con ella en aquella prisión donde residían los villanos más peligrosos de todos, pues no tuvo la fuerza para creer en sus palabras una vez más.
Y no sólo eso, pues, de haber sido sólo un poco más atento, habría notado en la mujer que amaba un cambio. Un cambio que, sin duda alguna, uniría algo más que sus destinos.
Y así el tiempo pasó.
En Auradon, la proclama de lo que sería el nuevo rey de Auradon trajo consigo la liberación de hijos de villanos, y ellos eligieron el bien, y de ese acto pasaron tantas cosas buenas como negativas.
Mal, la prometida de Benjamín Beast, convenció a todo mundo de que la barrera no debería existir más. Nadie lo impidió, todos la apoyaron creyendo firmemente que ella tenía razón.
Aunque las cosas jamás son tan simples.
¿Cuánto tiempo se habría esperado que la paz durara en Auradon luego de que la barrera fuera derribada?
¿Acaso los héroes habían planeado un plan de contraataque en caso de que los villanos decidieran alzarse nuevamente en su contra?
¿Qué esperaban? ¿Todo color de rosa, la paz por el resto de sus vidas, quizás un poco de diálogo para solucionar la furia de los villanos y ya está?
Si creyeron, por un solo instante, que así de fácil los villanos olvidarían su sed de venganza y convivirían pacíficamente con los Auradianos déjenme decirles que están demasiado equivocados.
Si el mal no atacó de manera inmediata no fue porque ya no existiera más.
El mal siguió ahí, oculto, disfrazado. Atento, en guardia, preparándose para destruir todo nuevamente.
Si Mal, la hija de la Emperatriz del Mal, hubiera sabido lo que liberar a todos de la barrera ocasionaría en la vida de las personas... definitivamente no lo habría hecho.
Si Ben hubiese escuchado a su padre Adam, y no hubiera tomado aquella precipitada decisión, quizás Auradon no hubiera terminado en tanta tragedia.
Pero... ¿Qué se puede esperar de alguien cuando está apenas aprendiendo a gobernar?
El caos se desatará.
Y esta vez, ni todo el amor, ni toda la amistad del mundo, podrán detenerlo.
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C H A O S ¦ Descendientes
Hayran Kurgu¿Cuánto tiempo se habría esperado que la paz durara en Auradon luego de que la barrera fuera derribada? ¿Acaso los héroes habían planeado un plan de contraataque en caso de que los villanos decidieran alzarse nuevamente en su contra? El caos se desa...