3.- ¿Reconciliados?

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Estaban a punto de besarse cuando repentinamente Samuel siente desvanecer a Carla, la toma sobre sus brazos y sale del baño.

Samuel mira para todos lados buscando quien le ayude.

- Pero qué pasó tío, que habéis hecho? Pregunto muy preocupado Ander.

- Nada, estábamos platicando y sin más ni más se desvaneció, como podeis pensar que le haría algo? Contestó Samuel.

La llevaré a su casa volvió a decir Samuel.

- Toma tío, aquí está su bolso y dentro están las llaves del auto, un convertible negro dijo Ander .

- Si alguien pregunta por mí diles que me sentí mal y decidí marcharme, pero por ningún motivo vayas a mencionar que me fui con Carla dijo Samuel a Ander.

- Venga yo te cubro tío respondió Ander.

Samuel fue directo a la salida y que por fortuna nadie de sus amigos pudo percatarse de lo sucedido, llevó a Carla a su casa quien ya reaccionaba y balbuceaba y una vez ya estando ahí la bajo del carro, el chofer de Carla se dio cuenta de lo sucedido y se acercó a Samuel para ayudarle.

- ¿Pero que le ha pasado chaval? Pregunto Roberto el chofer de Carla.

-Ha bebido de más y se desmayo, respondió Samuel sin aún soltar a Carla de sus brazos.

- Lo mejor será que te marches chaval dijo Roberto.

- No, por favor Samuel no te vayas, quédate conmigo respondió Carla quien poco a poco lograba reaccionar.

Al escuchar eso a Roberto no le quedó de otra más que obedecer las órdenes de la marquesita, Samuel la llevó a su habitación guiado por Mireya el ama de llaves de los Rosón Caleruega quien se mostró muy preocupada pues ella tenía años trabajando para la familia y le tenía un cariño muy especial a Carla, Samuel la recostó en su cama y le quitó las zapatillas, cojio una silla y se postro frente a Carla para cuidarle, a la hora Carla reacciono.

- Pero que me ha pasado? Pregunto la marquesita.

- Te habéis desmayado en mis brazos, - Contestó Samuel quien no dejaba de mirarla.

- Ven, recuéstate a mi lado dijo Carla.

Samuel como cual niño obediente se dirigió a la cama y se recostó a su lado, los dos quedaron recostados frente a frente listos para aclarar las cosas, Samuel acariciaba la cara de Carla, ella solo se dejaba llevar mientras tocaba delicadamente el cabello de Samuel ambos en silencio.

- Me he dado cuenta que no puedo vivir sin ti Carla, estos días sin tu aroma, sin tu compañía han sido un infierno dijo Samuel.

- No digas nada Samuel, por esta noche dejemos ese tema y abrázame, abrázame toda la noche respondió Carla, y así fue, se quedaron dormidos.

A la mañana siguiente.

- Coño Samuel ya es de mañana, despierta qué hay que ir al colegio dijo Carla, Samuel algo dormido se levanto.

- Rápido, tienes que irte o no llegarás a tiempo, yo tomaré un baño y me alistare dijo Carla.

- Y qué tal si me quedo y te acompaño en la ducha? Pregunto Samuel seductoramente.

- Ni lo intentes, tenemos que llegar al colegio y aún no hemos hablado, primero tenemos que dejar claros nuestros sentimientos respondió Carla, anda ve a tu casa y en el transcurso del día te dire cuando y donde podemos arreglar nuestra situación.

Samuel la miro tiernamente pues a ella le encantaba dar órdenes y tener el control de todo y eso era una de las muchas cosas que a él lo volvían loco aunque muchas veces con él no podía.

Élite: Amor verdaderoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora