65.- Verdades

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Samuel suspiro al ver a Carla llamando a su puerta, lo hizo recordar todas las tardes y noches que ella fue a buscarlo a su antiguo piso. Cuando se refugiaban y se llenaban uno del otro en ese departamento, lo hizo sentirse un crío nuevamente.

Pero repentinamente aterrizó a la realidad.

-¿Que hacéis aquí Carla? Pregunto Samuel algo serio.

-Vine... he ve... he venido—decía Carla hasta que no pudo más y vomito.

Devolvió todo sobre Samuel, sobre sus zapatos y sobre el piso de su casa.

-¡Coño! Exclamó Samuel.

-Joder Samuel, discúlpame—dijo Carla apenada tapándose la boca.

Se iba a marchar pero Samuel la detuvo del brazo.

-No te puedo dejar ir así—le dijo él sosteniéndola del brazo.

-Venga Samuel, estoy muy apenada. No puedo quedarme, se me cae la cara de vergüenza—respondió ella.

-Insisto Carla, estas tomada y ya es tarde—le pedía Samuel dulcemente. ¿De verdad quieres llegar así a casa de tus padres? Pregunto él.

Carla asintió y con la mayor de las penas entró al piso de Samuel.

-Siéntate por favor, iré por algo para limpiar el piso—dijo Samuel.

Carla un poco tímida entró y se sentó en uno de los muebles nuevos que aún tenían plástico. Ella miraba todo el lugar que aún estaba algo vacío, le hacían falta muebles.

Samuel limpio el piso y se quitó los tenis y los vaqueros quedando solo en playera y bóxer.

-Deberías ir a darte una ducha, con eso se te bajará un poco lo tomada que estás—sugirió Samuel. Aparte tu ropa también está llena de vomito—dijo el chico.

-Suficientes molestias te he dado, creo que lo mejor es que me vaya, puedo irme a mi piso a dormir, para no llegar así a casa de mis padres—dijo ella mientras se levantaba del mueble.

-Que no Carla, ya es tarde y no te dejaré irte sola. Por favor, entra al baño de mi habitación y cuando salgas de ducharte coges una de mis playeras que están en el armario—le sugirió Samuel casi como en una orden.

A Carla no le quedo de otra más que obedecer a Samuel.

Se levantó del mueble, se dirigió a la habitación del joven e hizo todo lo que él le indicó.

Samuel se quedó en la sala recogiendo el desorden que habían dejado sus amigos y el desorden que había causado Carla en el suelo.

Estaba limpiando cuando escuchó el sonido de su celular que estaba en el comedor. Al llegar a él vio un texto de Theo Rosón.

Theo Rosón:
•Agende una cita con tu asistente para desayunar el día de mañana a las 9:00 a.m. Te espero puntual.

A Samuel le pareció un poco extraño, pero supuso que su ex suegro quería hablar de negocios con él, pero no sería hasta el siguiente día que sabría que es lo que Theo quería hablar con él.

Carla entró a la habitación y rápidamente tomó camino hasta el baño, se desnudó y se metió a la ducha. Estuvo ahí por varios minutos hasta que terminó, cogio una toalla y la enredó en su cuerpo.

Salió del baño y fue hasta el armario de Samuel, cogio una playera y antes de ponérsela la olió. Al momento de que la playera hizo contacto con su nariz, rodó los ojos hacia arriba, su aroma era tal cual como ella lo recordaba y le encantaba.

Élite: Amor verdaderoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora