60.- Nosotros tres

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Después de que se fue el detective, Samuel no sabía ni que pensar. No quería decirle a nadie sobre las sospechas que tenía el detective, pero si todo era cierto sabía que él o Carla estaban en peligro y ahora más que nunca le preocupaba Carla, tenía que cuidar de ella y su hijo o hija.

Después de mucho pensar, supo con quien tenía que hablar, por lo pronto debía apurarse, su madre y sus suegros llegarían en cualquier momento y debía de tener todo listo.

Samuel entró a su habitación donde Carla se encontraba revisando su móvil. Él llevaba una bandeja con comida para su novia, ella al verlo entrar con dificultad no pudo evitar reírse con diversión, quiso levantarse para ayudarle pero rápido se lo impidió.

-No te levantes amor que yo puedo—dijo Samuel impidiendo que su novia se levantara de la cama.

-Joder Samuel, tampoco voy a estar los nueve meses en cama—reclamo ella.

-Pues de ser posible así será amor, no quiero que les pase nada. De ahora en adelante ustedes dos serán mi vida, viviré por y para ustedes Carla—respondió Samuel ante el reclamo de su novia.

Ella acercó su mano a le mejilla de él y la acarició.

-Y anda a comer ya que esto se enfría
Samuel acercó la bandeja con comida y le dio de comer en la boca.

-Que me voy a acostumbrar a estar así de chiflada y consentida—bromeó ella.

-Yo encantado de consentirte siempre—respondió él y le dio un beso en la mejilla. Por cierto, en estos días tenemos que ir a ver el piso que he conseguido para nosotros—dijo Samuel.

-Que bueno amor, la verdad que ya necesitamos mudarnos a un lugar para nosotros dos, estoy harta de escuchar los sonidos que hacen por la noche Lu y Alex—dijo Carla.

Samuel no pudo evitar reírse ante la respuesta de su novia.

-Mañana te llevare a ver el lugar y tú decidirás como lo decoras, será todo a tu gusto—aseguró el chico.

Carla siguió comiendo y después se recostó para descansar un momento. Sus padres y Pilar no tardaban en llegar.

Lu y Alex finalmente llegaron y decidieron que esa noche saldrían a cenar para dejar a Samuel y Carla solos con sus padres y que pudieran hablar con más confianza. Ellos tampoco sabían lo del embarazo, él y Carla habían estado de acuerdo en reunir a todos sus amigos para darles la noticia.

Al paso de unas horas los futuros padres se encontraban solos en la casa y listos para recibir a sus respectivos padres.

Samuel caminaba de un lado a otro de la sala, tomaba una silla y la ponía en un lugar diciendo que ahí lucia perfecta, pero al poco tiempo la volvía a acomodar en donde estaba y así lo hacía en repetidas veces hasta que Carla le llamó la atención.

-Venga Samuel, me estáis poniendo los pelos de punta, para ya y siéntate aquí conmigo—dijo ella extendiéndole la mano.

-Estoy nervioso amor, no se como se tomen nuestro padres la noticia—decía Samuel.

-Como se la tomen cariño, está hecho y no les queda de otra más que apoyarnos. Yo se que a mis padres les encantará la noticia, aunque no me lo digan, se que se quedaron con ganas de más hijos y pues la idea de un nieto estoy segura les fascinará—aseguraba Carla con una tranquilidad inigualable.

-De verdad que quisiera tener esa misma seguridad que tienes, a mi madre se que también le encantará la noticia, pero se que me dará un jalón de orejas por haber sido un descuidado—decía el chico.

Samuel se sentó junto a Carla y se tomaron de las manos, ella acariciaba su mano para intentar tranquilizarlo y notaba como poco a poco el nerviosismo en él iba disminuyendo.

Élite: Amor verdaderoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora