Élite: Amor verdadero

71-1.- En camino parte I

Después de haber llegado de su luna de miel, Carla y Samuel debían de regresar a la rutina y a las responsabilidades laborales que ambos tenían.

La tarde en la que llegaron a Madrid decidieron quedarse en casa para descansar un poco del viaje, pues al siguiente día tendrían muchos pendientes por resolver, no tenían nada de ganas de desempacar, así que decidieron que Julia lo hiciera por ellos al día siguiente.

Después de los deliciosos macarrones que preparo Samuel para su amada esposa, se dispusieron a ver algunas películas y acompañar la tarde con algo de botanas y bebidas.

Al paso de varias películas y algunas horas, los dos se quedaron dormidos sobre la cama en medio de palomitas y dulces.

Al siguiente día...

La primera en despertar fue Carla, abrió sus hermosos ojos verdes y al primero en ver fue a su querido esposo. Sonrió al verlo profundamente dormido, no quería despertarle pero el joven esposo tenía una cita con su suegro y algunos amigos empresarios de Theo.

Con pesar Carla se decidió a despertarlo del profundo sueño en el que estaba. —Samuel, amor, es hora de levantarse.—dijo ella dulcemente mientras lo movía del hombro con delicadeza.

Samuel se removía en su lugar, no tenía ni tantitas ganas de levantarse, ni mucho menos de ir a trabajar–no quiero–respondió el con la voz adormilada.

-Anda cariño, recuerda que hoy vas a ver a mi papá y a los empresarios que donarán para tu fundación–insistía ella.—¿Y si llamo para cancelar? Pregunto Samuel con la voz ronca.
-De ninguna manera mi vida, tienes que ir a esa junta—recalcó ella y le dio un beso en los labios—anda ve a darte una ducha mientras yo preparo el desayuno–le ordeno Carla.

Ella se levantó y tomó una playera de Samuel y cogio un short de ella, los puso y salió de la habitación para ir hasta la cocina.

Julia ya había llegado—buenos días señora–le saludo amablemente el ama de llaves en cuanto vio a Carla entrar a la cocina.

-Hola Julia, buenos días—respondió Carla con la misma amabilidad—quiero preparar el desayuno para Samuel, pero la verdad voy a necesitar de tu ayuda—dijo ella. –Yo no sé mucho de cocina así que me gustaría que me dieras algunas recetas—decía Carla. Pues la realidad era que ella no tenía idea de nada relacionado con la cocina. Sabía hacer lo básico, pero muy básico. Aún así quería aprender para poder consentir de vez en cuando a su esposo.

Julia le sonrió dulcemente y le aseguro que ella le enseñaría a cocinar y le compartiría algunas recetas—no se preocupe señora, yo puedo indicarle como preparar y usted solo lo hace, verá que poco a poco aprenderá mucho de cocina—afirmó Julia. La señora era un amor y a pesar de tener poco tiempo de trabajar para Samuel, le había tomado mucho aprecio al arquitecto.

Carla asintió y le regaló una sonrisa sincera.

-También necesitaré que me indique como es que quiere que lleve las labores de la casa y que es lo que quisiera que preparara de comer, anteriormente el señor Samuel me había dicho que es lo que haría y como, pero eso fue antes de que ustedes se casaran–dijo Julia.

Carla le quedó mirando—como lo haces está todo bien Julia, solo te indicaré a diario lo que me gustaría que hicieras de comer—dijo muy segura ella.

Julia asintió y Carla se dispuso a preparar el desayuno, pero claro, lo hizo con ayuda de la amable ama de llaves.

Samuel estaba tomando una ducha rápida, se sentía muy relajado y a pesar de que le costó trabajo salir de la cama, iba con toda la actitud de impresionar a todos en la junta, principalmente a Theo, quería darle una buena impresión a su suegro.