28.- Nada es lo que parece

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-¡Carla, Carla! Gritaba Samuel para despertarla.

Ella al escuchar la voz de él se despertó rápidamente y se levantó de la cama.

-¿Carla qué pasa amor? Preguntaba Samuel.

-¿Tú? ¿Qué haces aquí? ¿No estabas...? Decía Carla mientras tocaba el rostro de Samuel.

-Amor, ¿qué pasa? Me estás asustando, dijo Samuel.

-Nada, no me hagas caso. He tenido una terrible pesadilla.

Carla se despertó abrumada, no sabía que era lo que pasaba. Al parecer todo fue un terrible sueño pero ella lo vivió tan real, sentía una sensación terrible en el pecho, como el presentimiento de que algo muy malo fuera a pasar.

-Anda Carla, salgamos a desayunar. Todos están afuera, dijo Samuel.

Ambos salieron de la habitación.

-Pero ¿que preparáis? Pregunto Samuel.

-Hicimos el desayuno, respondió Nadia.

-Pues huele delicioso, dijo el.

-¿Y ustedes? Traen caras de desvelados, dijo Omar.

-Pues anoche ya dormimos algo tarde ¿verdad Guzmán? Respondió rápidamente Carla.

-Si tia, es lo que ya les había dicho. Por cierto, ¿ustedes saben algo del chocolate que están tirado por toda la mesa? Preguntaba insistente Guzmán.

Samuel y Carla solo se miraron tratando de disimular la risa que era la que les podía delatar.

Aunque Carla estaba un poco seria, no podía dejar de pensar en ese terrible sueño y todo lo que pasaba en esa mañana sentía que ya lo había vivido.

-No se de que habláis tío, anoche nosotros nos fuimos a dormir y apenas ahorita salimos de la habitación contestó Samuel.

-Joder pero entonces aquí hay fantasmas Carla, dijo Guzmán.

-Bueno para ya con el chocolate tío, ¿ahora que eres detective o que? Dijo Omar un tanto fastidiado por la insistencia de Guzmán.

-Bueno pero acérquense ya que esto se enfría, dijo Nadia.

Carla no podía con la angustia, solo comió un poco pues no tenía hambre. Esa pesadilla no dejaba de darle vueltas en la cabeza. Ella sabía que nunca podría decir lo que Polo intentó hacer. Samuel se volvería loco y e intentaría hacerlo pagar y ella lo que menos quería era que este hiciera una locura.

-Ya termine, voy a la habitación. Iré a darme un baño, dijo Carla un poco seria.

-Ahorita te alcanzo, dijo Samuel.

Carla no le contestó nada.

-¿Pero que le pasa tío? Pregunto Guzmán.

-No lo se, se despertó muy extraña. Parece ser que tuvo una pesadilla, contestó Samuel.

-O tal vez se sintió apenada porque acabó de descubrir que ustedes son los responsables del chocolate, dijo Guzmán.

-Coño tío pero qué insistencia. Ahora te diré el detective chocolate, contestó Omar.

Samuel solo reía, pero no dejaba de pensar en Carla. Tenía una actitud muy extraña, sabía que algo pasaba y ella no quería decirle.

Samuel se levantó de la mesa y fregó los platos, terminando se dirigió hacia la habitación. Carla se encontraba en la ducha y decidió entrar a acompañarla.

Al entrar al baño y voltear a la regadera, lo primero que vio fue a Carla, veía como el agua recorría su piel y cubría esa silueta que a él le volvía loco.

Élite: Amor verdaderoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora