Capítulo 65

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¡Hola, mis queridos!

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Dartmoot. Inglaterra.
Agosto 22. 1994.
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-- ¡Este lugar es genial! -- Exclamo Harry saliendo de la carpa que compartiría con los otros adolescentes, bajo el cuidado de Percy y Thomas --. Me gustaría recorrerlo hasta que sea el momento del partido.

-- ¿Y porque no lo hacemos? -- Pregunto Neville, detrás del oji verde --. Aún es temprano.

-- No quiero encontrarme con Ron, Hermione o Ginny -- Soltó un gemido lastimero --. Ellos arruinaran mi día.

- Hum... -- El otro Gryffindor llevo su mano hacia su mentón de forma pensativa --. ¿Crees que Severus sepa algún hechizo para que ellos no puedan detectarte? Digo... Él tuvo que haber creado uno para escapar de los Merodeadores en su juventud.

Ambos adolescentes hicieron una mueca al recordar lo poco que sabían de las bromas que los Merodeadores le habían hecho a Severus antes de que se levantara una bandera de paz y tentativas amistades se formaran.

-- Salgan de la entrada -- Theo exigió, empujando a su prometido, sonriendo levemente --. ¿Por qué esas caras largas?

-- Queremos ir a recorrer el lugar, pero tememos encontrarnos con los acosadores -- Responde Neville --.

-- Nos colocamos lentes de sol, un sombrero y una gabardina, así nadie nos reconocerá -- Ofreció Draco, recibiendo miradas incrédulas --. ¿Qué? Eso funciona la mayoría del tiempo.

-- Pero en tus mangas -- El Nott puso los ojos en blanco, contando hasta diez para mantener su paciencia --.

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Hermione no estaba muy contenta con los gritos de emoción de las demás personas. Ella no había querido ir al partido de Quidditch, no le llamaba la atención ver a los jugadores volar en las escobas - y su miedo a las alturas no tenía nada que ver, de verdad -. Ella estaba allí porque le invitaron y su madre pensó que sería una buena idea. Lo único que evito que se quejara fue que sabían que Harry iba a estar allí.

Y no solo eso, funcionarios de alto prestigio no solo de Inglaterra sino también de otros países. Hermione no era tonto, si quería ser ministra debía de tener contactos para ascender. Aunque la idea mucho no le agradara porque la mayoría de los funcionarios o eran corruptos o eran magos y brujas oscuros.

Todo seria más fácil si Harry dejara de contradecir al director.

No importaba. El director comento que tenía una idea para hacer que toda la escuela se vuelva contra Harry ese año y ella - porque no creían que Ron pudiera aguantarse los celos - iba a ser la única amiga que se quedo a su lado, incluso cuando la dejo de lado por irse con serpientes.

Ginny estaba realmente emocionada. No solo vería un partido de Quidditch en vivo, sino que también podría encontrase con Harry y así tener una cita. Claro que tendría que ser ella la que se lo pidiera porque estaba claro que su prometido era algo tímido para hacerlo.

O ese fue el razonamiento al cual llego, su mente se negaba a creer que el Potter no estuviera interesado en ella.

Ella era bonita. Las miradas y comentarios que recibía de los otros alumnos eran una indicación de eso. Harry debía sentirse tímido, tal vez un poco cobarde pensando que era poca cosa para ella cuando era todo lo contrario. Harry era lo que Ginny deseara. Su madre dijo que no solo por el dinero, pero cuando le pregunto a que se refería, su madre solo sonrío antes de decirle que aún no era momento de esa charla.

La pelirroja se encogió de hombros, sus ojos bien abiertos mientras buscaba una mata de pelo negro y desordenado, sus labios haciendo una mueca de disgusto al no encontrarlo.

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