capitulo 23

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Narrador omnisciente

Nuestros ninjas junto a las chicas se habían dirigido a la casa de los padres de Jay y al llegar con ellos los recibieron alegremente, hace tiempo no los veían.

Edna: ¡Jay!— le llamo con mucha emoción, abrazándolo de manera fuerte a su hijo, quien sonrió apenado, pero feliz.

Jay: hola mamá— le saluda finalmente riendo de manera leve. Edna no lo quería soltar, lo adoraba mucho y le gustaban demostrarlo.

Ed: Edna deja al muchacho, lo estás dejando sin aire— le pide riendo suave ocasionando que su esposa le haga caso soltando a Jay quien pudo saludar de un abrazo a su padre— ¿qué los trae por acá hijo?— le cuestiona mientras mira al resto de los presentes y se dio cuenta de la presencia de _, esta se acercó y los saludo con una gran sonrisa.

_: hola señor Ed y señora Edna— dijo llegando frente a ellos— ¿cómo han estado?— les cuestiona sonriendo y se sorprende al recibir de parte de Edna un abrazo cálido.

Edna: ¡muy bien linda!— le contesta y la de ojos color miel corresponde el abrazo— nos alegra verte.

Ed: ha pasado mucho tiempo desde la última vez que te vimos— le comenta al mismo tiempo que la castaña se separa del abrazo de la mujer y saluda al mayor.

_: sí, lo siento— se disculpa apenada— por no haber venido, estaba ocupada, ya saben— dijo rascándose la cabeza apenada. La mayor sonríe al recordar que su hijo suele hacer el mismo gesto.

Edna: no te preocupes cariño, con las cartas que envías son suficientes— le dijo restándole importancia— aunque siempre eres bienvenida— le comenta haciendo sonreír ampliamente a la castaña quién asiente. La madre del ninja azul se fijó en el cuerpo inerte que llevaba Zane en brazos— ¡cielos!— exclama entre sorprendida y confundida— ¡¿qué le paso a ella?!.

_: es una historia larga— le responde al ver la mueca triste del ninja blanco y la castaña suelta un suspiro cansada.

Jay: mamá, papá— les llama y estos le miran— ¿nos podríamos quedar aquí por ahora?— les pregunta mirándoles de manera fija— está pasando algo muy grave en Ciudad Nueva Ninjago— les comenta serio dándoles a entender que la situación era grave.

Ed: claro— le responde alegre— vengan, pasen y cuéntenos qué paso— les pide de manera amable haciendo que todos lo sigan hasta su hogar al cual pasan y se sientan a charlar.

Los ninjas le contaron la situación a los padres de Jay quienes escucharon atentamente todo lo que dijeron, pero había alguien ausente a ellos que estaba fuera del remolque pensando en la perdida que sufrió.

Pov's _

Al no ver a Zane salí del remolque para buscarlo de manera sigilosa, o al menos eso intenté, ya que no quería interrumpir la conversación. Cuando salí me recibió una brisa fresca que agito mi cabello de manera leve y mis ojos se dirigieron a una figura humana que estaba sobre una montaña de chatarra sentada viendo hacia el horizonte, Zane, decidí subir a hacerle compañía. Cuando iba por la mitad me comenzó a doler la pierna, claro la herida, se me había olvidado y al observarla me di cuenta de que esta comenzó a sangrar un poco, le reste importancia y subí de igual forma. Al estar con el ninja blanco me senté a su lado y nos quedamos en silencio contemplando el atardecer.

_: es un lindo atardecer— decidí romper el hielo— ¿no lo crees?— le pregunte, pero no respondió por lo que suspire— Zane, lamento lo de Pixal— le dije haciendo una mueca de triste y él me miro asintiendo, pero después siguió viendo el atardecer.

Zane: es solo que— comienza a hablar mientras lo mire atenta a lo que me diría— había encontrado a alguien que me hacía sentir no tan diferente— me explica melancólico.

Tú en ninjago (Libro 1 de 3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora