capitulo 47

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Pov's _

Hace veinte minutos, creo, que salimos del cohete con el explorador lunar y aquí los chicos estaban quejándose por lo incómodos que estábamos, ya que este vehículo era demasiado pequeño, ósea el explorador lunar, además nosotros somos seis personas en total y los ninjas son bastante altos.

Jay: ¡ay!— se queja por tercera vez consecutiva— ¡muévete Kai!— le pide gritando enojado al mencionado tratando de empujarlo.

Kai: ¡no puedo!— le responde al instante con el ceño fruncido— ¡deja de quejarte!— le comenta y le devuelve el empujón frustrado.

Cole: ¡ya cállense!— les grita más que molesto por sus gritos, logrando que yo comience a perder la paciencia, por tanto ruido.

Lloyd: ¡guarden silencio!— les ordena el de ojos verdes mientras murmuraba molesto.

Jay: ¡no me grites enano!— le advierte al rubio— ¡no logro ver nada!— se vuelve a quejar haciendo que los demás suelten suspiros de cansancio.

Kai: ¡Jay muévete!— le pide aún molesto— ¡me estás pateando!— le grita enojado.

Cole: ¡Zane me aprietas el brazo!— se queja en voz muy alta.

Juro que sus gritos están perforando mis tímpanos.

Zane: perdón— le responde un poco más calmado que el resto— creí que era el acelerador— le dice alzando un poco la voz mientras el resto no dejaba de gritar.

Han estado todo el camino así, debo admitir que al principio me daba gracia que se quejaran tanto, pero a estas alturas ya me están agotando y que ya es suficiente de tanto escándalo, parecen animales en jaulas.

_: ¡ya cállense!— les grito más que enfurecida y dejan de gritar al instante mientras me observaban entre asustados y sorprendidos— ¡parecen animales!— les comente fulminándolos con la mirada. Estos se quedan en silencio unos segundos y vuelven a comenzar a gritar.

Trato de que se queden callados nuevamente, pero ninguno me hizo caso y siguieron reclamando provocando que me uniera a sus gritos, en eso pasamos por unas rocas, lo que ocasiona que los que estamos arriba ósea Jay, Zane y yo nos golpeemos la cabeza contra el techo del vehículo que era bastante duro.

_: ¡eso dolió!— dije sobándome la cabeza mientras reflejaba en mi rostro una mueca de dolor.

Jay: ¡Zane ten más cuidado!— le advierte haciendo el mismo gesto de sobarse la cabeza con ambas manos.

Zane: perdón— pide de forma inmediata— no es fácil andar con este camino— comenta y nos mira unos segundos mientras frunce el ceño para darnos una mirada llena de frialdad que daba miedo— ¡especialmente si no se callan!— grita más que enfurecido logrando que todos se quedaron callados.

Mi amigo nindroide suele dar bastante miedo cuando se enfada, ósea casi siempre está serio, pero al enfadarse te causa escalofríos.

_: ¿cuánto falta para llegar?— pregunté calmada cuando habían pasado varios minutos desde que se quedaron en silencio.

Aunque no lo crean, habían dejado las coordenadas, en el explorador lunar en donde íbamos, del lugar donde se encontraban las armas doradas, por lo que nos dirigíamos a esa dirección.

Zane: tenemos que doblar aquí— me contesta y doblamos evitando unas púas extrañas, las mismas que casi me atraviesan— ¡y aquí es!.

Kai: aquí es donde cayeron las armas doradas— dijo sorprendido viendo un destello dorado que se veía en el interior de una cueva.

Lloyd: bajen y no hagan ruido— nos ordena por lo que asentimos. Bajamos con cuidado menos el de ojos azules que se fue de frente al suelo provocando que el ninja rojo y el ninja negro rían burlones.

Tú en ninjago (Libro 1 de 3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora