Diciembre, 2017
Había tanta gente, que comenzaba a arrepentirme de aceptar la invitación de Sharon. Todas las personas caminaban en esbeltos trajes que dejaban al descubierto sus cuerpos tonificados, mientras cotorreaban sobre sus últimas vacaciones en alguna isla perdida del Atlántico.
Caminaba al lado de mi amiga, quien saludaba a cualquiera que se le cruzara por delante, con una gran y falsa sonrisa en el rostro. No podía ser menos frente a ella, la nueva editora de la famosa revista de modas: "Rouge".
Aquella cena de celebración, no era para nada mi estilo. Prefería mil veces estar en la comodidad de nuestro hogar, viendo alguna película o leyendo algún libro, pero le había prometido a la chica de rulos que estaría ahí con ella, celebrando uno de sus tantos triunfos.
Le avisé que iría al tocador, el pretexto perfecto para respirar de tanto glamour. En mi camino, tomé una copa de champagne que uno de los mozos servía con tanta devoción. Cuando intenté entrar al baño, una señora muy gorda golpeó mi brazo derramando por completo el líquido que a penas había alcanzado a probar.
-¡Ten más cuidado! - reclamó, intentando limpiar con desesperación su vestido.
-Lo siento - dije.
Quise hacer algo más para ayudar, pero todo parecía empeorar. La amargada señora, de al menos unos sesenta años y de cabello rubio platinado, comenzó a gritarme un montón de improperios, mientras un grupo notable de personas se amontonaban sobre nosotras. Me puse tan nerviosa, que volví a pedir disculpas y corrí lo más rápido de aquel lugar. Si Sharon se llegaba a enterar sobre el altercado, probablemente me echaría de su hogar o estaría molesta conmigo por una buena cantidad de días.
En mi huida, dejé la copa sobre alguna bandeja de algún mesero que se esmeraba en ofrecer tragos, borrando así cualquier evidencia que pudiera inculparme. En ese momento, mi único objetivo era salir lo antes posible de esa celebración, aunque sea por unos minutos, puesto que no podía dejar a Sharon sola por tanto tiempo, ya que era su invitada y la idea de aquella invitación era pasar más tiempo juntas.
A lo lejos, entremedio de toda la multitud, divisé una puerta semi abierta. Como pude, me moví rápidamente hasta alcanzarla. Una vez crucé el umbral, me permití respirar con tranquilidad, inhalando la brisa fresca del invierno, ya que estábamos a comienzos de diciembre. De un momento a otro, una risa escandalosa brotó de mi boca, quebrando mi nerviosismo. Era mi método de defensa desde pequeña. Había salido ilesa de una situación bastante embarazosa.
-Me alegraste el día - habló una voz a mis espaldas.
Me di media vuelta sobre mis talones para conocer al autor de esa desconocida voz.
-¿Disculpa? - hablé, intentando calmar los latidos de mi corazón que estaba a punto de salir de mi pecho.
-Vi el caos que formaste adentro - con su dedo indicó la puerta por la cual venía entrando.
-¿Y vienes a felicitarme? - pregunté a la defensiva.
-Se podría decir que si - se encogió de hombros - Timothée - extendió su mano.
-Lilo - le respondí el saludo.
-Lindo nombre.
Nos encontrábamos en un amplio balcón, en el décimo piso de un gran edificio, que nos permitía admirar las brillantes luces de la ciudad. Había unas cuantas sillas y una mesa, algunos arreglos florales y una tenue luz que a penas servía para no tropezar. El ambiente estaba separado por un gran ventanal que estaba cubierto por una pesada cortina gris. No podíamos ver nada hacia el interior, ni ellos hacia el exterior.
Timothéé se sentó en una de las sillas, mientras admiraba el despertar de la vida nocturna. Seguí su actuar, tomando asiento en la silla de al lado. Nos quedamos en silencio, ninguno decía nada, y al contrario de lo que parecía, se sentía bien.
-¿Eres de aquí? -preguntó de golpe, quebrando nuestro mutismo - Nunca había escuchado tu nombre.
-Si, ¿y tú? - sonreí.
-También - dijo tranquilo - Pensé que eras hawaiana.
-Todos lo hacen - dije con una sonrisa. En verdad era mucha la gente que creía que lo era - Mi papá es hawaiano. De ahí mi nombre
-Es muy bonito - sonrió.
Le devolví la sonrisa amablemente, volvimos a quedar en silencio hasta que Timothée dio una última mirada a las brillantes luces de la ciudad, antes de golpear sus muslos, anunciando su partida. Se puso de pie, y yo no pude evitarlo. Volvió a estrechar mi mano, pero esta vez, a penas hicieron contacto, la llevó hasta su rostro para depositar un beso. No dejó de mirarme en ningún momento y juré que me derretiría.
-Fue un gusto conocerte, Lilo.
Fueron sus últimas palabras antes de dejarme en medio de ese oscuro balcón, intentando no caer en sus encantos de niño bonito. Respiré, calmando las hormonas que habían sido removidas de su lugar, para luego volver a la celebración.
No demoré mucho en encontrar a mi amiga, quien al verme me abrazó como si no nos hubiéramos visto en años. Casi al momento me contó sobre el escándalo que tenía una mujer porque alguien había derramado alcohol sobre su vestido. Admití mi error y comenzamos a reír. Estaba más que agradecida que se lo hubiera tomado con humor, pues, no quería quedar sin hogar.
El resto de la velada pasó en completa calma, entre conversaciones con gente de la élite y tragos. Dulces tragos que hicieron mi noche más amena.
Estábamos sentadas en una de las mesas, reposando la abundante cena, cuando Timothée pasó justo por el frente. Golpeé el brazo de Sharon, quien en seguida me prestó atención.
-Hace un rato estuve conversando con él - apunté al rizado, quien ahora se había sentado en la mesa del frente y se encontraba riendo con una mujer mayor.
-¿Timothée Chalamet? - preguntó con los ojos abiertos.
-Si - asentí.
-¡Oh, por Dios! - exclamó mi amiga - Tuviste mucha suerte, Lilo.
-¿Por qué? - pregunté sin comprender.
-Porque es unos de los actores del momento y por supuesto, el hombre con el mejor gusto en moda - habló con orgullo.
-Es primera vez en mi vida que escucho su nombre - reí apenada, dando un largo sorbo a mi trago.
-Tendrás que acostumbrarte, porque no será la última vez que lo harás.
Aquellas palabras lograron mover un extraño sentimiento que hace mucho no sentía. Era como el comienzo del fin. La profecía al fin se cumpliría.
Aquí va el tercer capítulo!
Espero que les guste❤️
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Detrás de escena // t.c✔️
RomanceEn la abrazante ciudad de Los Ángeles, Timothée y Lilo se ven envueltos en un candente romance durante la grabación de una nueva película. Sin embargo, todo se torna difícil cuando los sentimientos comienzan a florecer. ¿Podrá Lilo aceptar el crecie...